Hacer periodismo en Haití durante la pandemia

Aug 5, 2020 en Cobertura del coronavirus
Milo Milfort

El Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud de ICFJ e IJNet es un espacio para que periodistas de todo el mundo se conecten y conozcan  de qué manera el COVID-19 está afectando a la profesión en diferentes países. Este es el segundo de una serie artículos que pone el foco en historias individuales y en el trabajo de los periodistas que participan en el Foro. Lee la primera entrega aquí.

El mantra del periodista haitiano Milo Milfort es nunca aceptar las palabras de las autoridades como la verdad revelada. Es un participante activo en la versión francesa del Foro de la Crisis Mundial de Salud; un proyecto de la Red Internacional para Periodistas y su organización matriz, el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ). Milfort es autor de un artículo sobre el impacto de la pandemia y el uso de mascarillas en la población sorda de Haití, que fue elegido como una de las mejores publicaciones en el concurso mensual de historias del Foro.

Milfort cuenta con más de nueve años de experiencia en periodismo y comunicación social. Actualmente trabaja para Enquet’Action, un medio de investigación independiente con sede en Puerto Príncipe. Es asimismo corresponsal de la agencia española EFE y de Noticias SIN, un medio dominicano. Su trabajo también ha aparecido en numerosas publicaciones internacionales como IPS News, Noticias Aliadas, Eldias.es, Directa e Equal Time.

El periodista se graduó de la Universidad Estatal de Haití, donde estudió comunicación social y administración pública. Su trabajo ha sido celebrado a lo largo de su carrera y ha recibido numerosos premios y reconocimientos internacionales. Enquet'Action recibió el primer premio a la innovación en medios francófonos en 2019, otorgado por la Organisation internationale de la Francophonie.

¿Cómo fue que decidiste escribir sobre el uso de mascarillas por parte de la comunidad sorda?

Tiendo a prestar atención a las personas vulnerables y marginadas. Muchos repiten cifras y refritan los discursos de las autoridades sin siquiera ir al terreno a ver las repercusiones reales de las decisiones oficiales en las comunidades más vulnerables.

Cuando se anunció la obligatoriedad del uso de la mascarilla, el tema se me ocurrió rápidamente. ¿Qué pasa con los sordos, aquellos a quienes en Haití lamentablemente se les llama 'bèbè'? Ya se los consideraba marginales y se verían aún más afectados por las consecuencias de la pandemia. Pronto descubrí que llevar una máscara contribuía aún más a las precarias condiciones de vida de las personas sordas en el país, porque no se adaptan a sus necesidades diarias.

Entre mediados de marzo, cuando se anunció el estado de emergencia, y julio, cuando se levantó, las autoridades nunca pudieron encontrar máscaras adecuadas para la realidad cotidiana de las personas sordas. La pandemia empeora las condiciones de vida de quienes tienen problemas de audición, que ya eran pésimas antes de la crisis sanitaria y continúan siéndolo. Eso es porque nunca fueron una prioridad para las autoridades.

¿Cómo fue el proceso de reunir información para la pieza?

El principal desafío fue acceder a datos y fuentes; un problema común en Haití y agravado por la pandemia. Queríamos reunir mucha información. Pero hubo fuentes que no quisieron acceder a entrevistas o que nos negaron accesos. Por ejemplo, queríamos visitar una institución que atiende a personas sordas, pero nuestra solicitud fue denegada por temor a que molestáramos a los niños. Se han realizado muy pocas investigaciones sobre este tema en los campos académico o científico. Solo tenemos fragmentos de información desactualizada aquí y allá. Ni siquiera tenemos una cifra confiable de cuántas personas sordas viven en Haití.

[Lee más: "La pandemia es un taller de periodismo a gran escala"]

¿Cuáles crees que son los desafíos principales a los que se enfrentan los periodistas haitianos?

Son muchos. Por un lado, está la falta de transparencia de las autoridades, lo que lleva a la retención de información dentro de la administración pública. A los actores políticos, sociales y económicos les gusta comunicar pero no pueden manejar información incómoda. Están más inclinados a dar una conferencia de prensa o publicar un comunicado que a dar una entrevista donde podrían ser cuestionados.

También hay mucha inseguridad en el país. El creciente número de pandillas dificulta aun más el trabajo de los periodistas, ya que las autoridades pierden el control de ciudades y regiones. Hay periodistas que han sido asesinados sin que sus familias reciban justicia, y existe total impunidad para quienes matan a plena luz del día. Ser periodista en Haití no es fácil.

¿Cuál fue el impacto de tu artículo?

El artículo contribuyó a iniciar una conversación pública sobre el destino de una comunidad desatendida en nuestra sociedad. Expuso la debilidad y la falta de responsabilidad mostrada por el estado hacia uno de los muchos grupos sociales marginados en Haití. Cuando salimos a informar sobre las comunidades de sordos que viven fuera de la capital, las personas de esas comunidades se alegraron de vernos. Era como si hubieran estado esperando ese momento durante años. Aprovecharon la oportunidad para contarnos sus quejas, que son constantemente ignoradas por las autoridades centrales y locales. Les dimos la oportunidad de ser escuchados, de decirle al mundo que estaban hartos y de hablar en contra de lo inaceptable.

Con esta historia, creo que produje un periodismo de interés público y útil.


Lee el artículo de Milo Milfort aquí.

Stéphanie Fillion es una periodista canadiense radicada en Nueva York que cubre asuntos internacionales. Es colaboradora frecuente de Pass Blue, un medio independiente que cubre a la ONU. Se graduó de la Universidad de Columbia y escribió en IJNet sobre modos de impulsar tu carrera en tiempos de pandemia.

Foto cortesía de Milo Milfort.