En 2004, un hombre de Texas llamado Todd Willingham fue ejecutado por iniciar un incendio 13 años que terminaría causado la muerte de sus tres hijas. El caso estaba basado en el testimonio de un preso que afirmó que Willingham le había confesado su crimen.
Pero ahora este informante dice que mintió.
Cuando una investigación de 5.000 palabras llamada “El fiscal y el Delator” reveló este caso a principios de agosto, el mundo entero escuchó esta desgarradora historia acerca de la justicia criminal de Estados Unidos. También pudo saborear parte de lo que está por venir con el nuevo emprendimiento periodístico que publicó la investigación.
El Marshall Project -- cuyo nombre es un "homenaje al fallecido Thurgood Marshall, ex ministro de la Corte Suprema de Justicia y abogado comprometido con los derechos de los civiles" -- es un medio periodístico sin fines de lucro focalizado exclusivamente en la cobertura del sistema penal estadounidense. Este medio pretende cubrir temas como la reforma del sistema de sentencias, la mala conducta de las fiscalías y la guerra contra las drogas.
Pero quizás lo más notable es la forma en que las historias serán contadas: "gráficos interactivos, mapas, tablas, palabras, todo en la misma página y de una manera en la que el lector no pueda escapar del reportaje, sin importar el formato en que lo esté visualizando", dijo a journalism.co.uk el gerente editorial del proyecto digital, Gabriel Dance, exeditor interactivo del Guardian.
El Marshall Proyect promete "combinar lo mejor del viejo y del nuevo periodismo", según su sitio web.
El proyecto fue anunciado el año pasado por Neil Barsky, un experiodista devenido en gerente de fondos de cobertura. Además de Dance, el equipo editorial del proyecto está liderado por el exeditor ejecutivo del New York Times Bill Keller (que será el editor en jefe) y el ganador del Premio Pulitzer y experiodista del New York Times Tim Golden, futuro gerente editorial para investigaciones y noticias. El lanzamiento del proyecto está programado para octubre.
Las noticias del Marshall Proyect se centran en "encontrar diferentes formas de contar historias", dijo Keller a journalism.co.uk. "La buena escritura periodística, combinada con lo que se puede hacer de forma online y con la capacidad de las redes sociales para relatar historias visualmente implica que podemos llegar a un público que las investigaciones académicas más serias podrían no estar alcanzando".
Aunque el proyecto tendrá un periodista principal a cargo de cada investigación, "los reporteros interactivos" también trabajarán en las historias, dijo Dance.
El medio ofrecerá investigaciones cortas y largas en su web, así como también a través de otros medios y asociaciones, dijo Keller al Nieman Journalism Lab a principios de este año. La historia de Willingham, por ejemplo, se publicó en el Marshall Proyect y también en el Washington Post.
Ese reportaje, que es principalmente un texto, rompió con el modelo de narración interactiva del proyecto, debido a que la decisión de publicar la noticia se produjo cuando un grupo de presión buscaba presentar una queja contra el fiscal involucrado en el caso. "Encontrar los puntos de una historia que pueden ser contados de una mejor forma que si se narraran únicamente a través de un texto es un enfoque que habría sido tomado para la historia de Willingham", dijo Dance a journalism.co.uk.
Además de publicar sus propias investigaciones, el proyecto "realizará una curaduría del torrente diario de noticias sobre justicia criminal de publicaciones de todo el país, destacando el trabajo de grupos de defensa, organizando debates y conduciendo una discusión animada en las redes sociales”, afirma el sitio web.
El objetivo final, se afirma, es conducir un debate nacional que pueda "ayudar a confrontar con nuestros problemáticos tribunales y nuestras prisiones".
El presupuesto operativo anual de la organización sin fines de lucro será de entre cuatro y cinco millones de dólares, con financiación de Barsky, de entidades filantrópicas y de donantes, según Nieman Lab.
El Marshall Proyect está siendo anunciado como otra señal de que el periodismo sin fines de lucro llegó para quedarse. "Mientras que antes habían sólo unas pocas especies, ahora una gran cantidad de nuevas mutaciones están apareciendo, utilizando tecnología barata para poner en marcha emprendimientos en diferentes nichos", escribió Gillian Tett en la revista Financial Times.
Estas organizaciones sin fines de lucro "aprovechan el deseo de algunos ciudadanos ricos para que apoyen sus iniciativas cívicas y producen periodismo de investigación en áreas que los principales medios ignoran con frecuencia, ya sea porque están fuera de moda o porque simplemente no son comercialmente viables", escribió.
Barsky dijo a Nieman Lab que cree que el periodismo sin fines de lucro tiene el potencial de ser más sostenible en el largo plazo que el periodismo con fines lucrativos.
"Una organización sin fines de lucro tiene que sostenerse a sí misma siendo excelente y consiguiendo un impacto. Francamente, lo mismo ocurre con los medios lucrativos", dijo. "Pero la diferencia es que hay gente con buena voluntad allí afuera, que están dispuestos a apoyarnos si hacemos un gran trabajo".
Jessica Weiss es una periodista freelance que reside en Bogotá.
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