Desde el domingo 6 de noviembre comenzó en Sharm el Sheikh, Egipto, la 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco Naciones Unidas sobre Cambio Climático, más conocida como COP27.
El evento cuenta con la asistencia de delegaciones de más de 190 países entre autoridades, funcionarios, académicas, organizaciones, activistas y periodistas y durará, en una primera instancia, al menos hasta el 18 de noviembre.
Si no te encuentras familiarizado con el tema, es posible que creas que la COP27 es un tópico para quienes cubren tópicos como ambiente, máxima política internacional o la agenda de las autoridades que estarán presentes. Todo ello es comprensible. Pero también errado. Las verdaderas historias en la COP27 van más allá del último reporte científico o las declaraciones de presidentes y primeros ministros. Aquí, te presentamos cinco razones para que, sin importar tu especialización o tipo de medio, consideres echar un ojo a las negociaciones que sucederán en Sharm el Sheikh.
1. El cambio climático no es un tema, es un enfoque
Uno de los prejuicios más comunes es pensar que el cambio climático solo puede ser una cobertura exclusiva y especializada, y aún más las negociaciones climáticas internacionales.
Si bien es perfectamente posible dedicarse simplemente a narrar tanto la ciencia como los efectos del cambio climático (que hoy ya es una crisis), la realidad es que lo necesario es que periodistas de todas las áreas adopten al cambio climático como un enfoque: unos lentes con los cuales ver sus coberturas habituales. El aumento de la temperatura global desencadena no solo mayores desastres naturales y extinción de especies: es también una amenaza a las economías de los países, la infraestructura de ciudades, y la salud de las personas.
La guerra en Ucrania es un perfecto ejemplo aplicable al causar un efecto dominó que incluye el aumento de la inflación mundial y el costo político que están asumiendo los gobiernos al respecto.
Del mismo modo, ya sea que eres un periodista que cubre la sección de locales para un periódico o un canal de televisión o un analista de la situación política de tu país en un programa de radio, verás que al agregar el cambio climático a tu modo de cobertura encontrarás nuevas e importantes historias, preguntas y relaciones.
2. La COP27 es sobre el dinero para pagar la crisis climática
Mientras que la mayoría de la conversación se ha encontrado enfocada en reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (lo que se conoce como mitigación), en esta COP se busca prestar mayor atención —y dinero— a los esfuerzos de adaptación: cómo nuestros países se preparan para los efectos de una crisis climática, incluso si cumplimos el objetivo de limitar a 1,5°C el aumento de la temperatura global, que parece difícil.
Los esfuerzos de adaptación son especialmente necesarios en países en vías de desarrollo, cuya contribución en emisiones es nimia en comparación al peligro en que se encuentra debido a la falta de infraestructura y ubicación geográfica propensa a fenómenos extremos como huracanes o sequías.
El aspecto central de la COP es uno incluso más complejo: ¿quiénes y cómo se pagan los daños y pérdidas que ya están produciendo fenómenos extremos agravados por la crisis climática?
Para sobrellevar una inundación que está afectando a más de 30 millones de personas, Pakistán requiere de 800 millones de dólares. En la COP27, el pabellón oficial del país advierte: “lo que pasa en Pakistán no solo sucederá en Pakistán”. Este año por primera vez el Sur logró poner en la agenda de la conferencia la necesidad de pensar el mecanismo de compensación a los países con menor responsabilidad y mayor sufrimiento.
3. Y con el dinero… viene la necesidad de seguirlo
En regiones como Latinoamérica, donde los escándalos de corrupción con obras públicas se extendieron por casi todos los países, los montos de financiamiento que los gobiernos están negociando en nombre de la acción por el clima requerirán periodistas de investigación dispuestos a exigir transparencia y denunciar malversaciones.
¿A dónde irá ese dinero? ¿Cómo y quienes lo ejecutarán? ¿Cuáles son los resultados esperados? ¿Cómo se garantiza que las acciones lleguen a las poblaciones y sectores que lo necesitan?
Estas son algunas de las preguntas que esperan de periodistas curtidos y curiosos.
4. Por último: tu colega te lo agradecerá
Los periodistas que cubrimos el cambio climático en cualquier capacidad seguimos siendo insuficientes. Muchos vemos como medios masivos siguen repitiendo información errada o cables generales cuando existe la posibilidad de realizar una mejor comunicación. Por lo tanto, cualquier propuesta, interés o consulta al respecto no solo no molesta, sino que es un alivio.
En una época donde la colaboración en el periodismo ha pasado de ser una opción interesante a un imperativo para una buena labor, la oportunidad de encarar reportajes, piezas educativas o investigaciones de largo aliento en diferentes formatos y ángulos está al alcance de la mano.
Después de todo, se trata del mayor desafío civilizatorio de la humanidad.
Imagen de UNclimatechange en Flickr, con licencia Creative Commons.