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Antes del inicio de la pandemia de COVID-19, fotoperiodistas de todo el mundo ya enfrentaban condiciones de trabajo difíciles. La seguridad laboral iba en caída, el pago era mínimo y la mayoría se sentía físicamente en peligro al menos algunas veces en el ejercicio de la profesión, según el informe de 2018 de World Press Photo.
Más del 60% de los fotógrafos entrevistados en el estudio se describieron a sí mismos como autónomos o freelance, y el 66% informó que sus ingresos anuales por fotografía eran menos de US$30.000. Más del 90% de los entrevistados dijeron que se sentían en riesgo mientras trabajaban como fotógrafos.
La actual crisis sanitaria solo ha incrementado estos problemas. Hablé con fotoperiodistas independientes de Italia, México y Estados Unidos, quienes se enfrentan hoy a una serie de preocupaciones financieras y de salud sin precedentes. Compartieron sus experiencias, además de prácticas y formas de organizarse para documentar la evolución de la pandemia.
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Cobertura de una pandemia histórica
El fotoperiodista freelance italiano Michele Lapini ha trabajado en contextos difíciles en el pasado, como disturbios y enfrentamientos policiales, pero nada como la actual pandemia de COVID-19. Residente de Bolonia, al norte de Italia, Lapini ha documentado la crisis en uno de sus epicentros. "He estado en la unidad de cuidados intensivos, donde la situación es muy difícil porque las personas se encuentran entre la vida y la muerte", dice.
"Es importante cubrir el COVID-19 porque se trata de un evento histórico, uno de los más grandes después de las Guerras Mundiales", continúa Lapini. "Tenemos que tener cuidado con nuestra salud y la de los demás, pero es nuestra responsabilidad documentar lo que está pasando".
También existe una motivación fundamental y práctica para los freelancers: "Hoy sería difícil cubrir otra cosa que no sea el coronavirus", dice Lindsey Wasson, fotoperiodista de Seattle, Washington, el primer estado de los Estados Unidos que se vio gravemente afectado por el COVID-19. "Para ser honesta, este es el único trabajo que puedo hacer en este momento, ya que todo lo demás -deportes, eventos y cualquier cosa 'normal'- está cancelada".
Christian Monterrosa, fotoperiodista independiente y presidente de la National Press Photographers Association Región Oeste, informa sobre el COVID-19 desde la frontera entre Estados Unidos y México, incluyendo en refugios para migrantes en Tijuana desde que la frontera se cerró. El COVID-19 aún no está tan extendido en México como en Italia o Estados Unidos, por lo que Monterrosa cuenta que siente la responsabilidad de educar a la comunidad de Tijuana sobre la gravedad de la pandemia. "Es una buena sensación saber que al menos pude hacer que pensaran en ello", dice.
Seguridad sanitaria
Al fotografiar dentro de hospitales con pacientes que tienen COVID-19, es importante seguir el protocolo establecido por los médicos, dice Lapini. "Tenemos que hacer nuestro trabajo, tomar fotos y escribir piezas", explica. "Pero siempre tienes que moverte con prudencia, más por los demás que por ti mismo".
"Creo que un gran cambio es ser más conscientes de la amenaza para la salud que potencialmente representas para las personas que estás fotografiando", señala Wasson. Los freelancers que cubren COVID-19 a menudo deben comprar sus propias máscaras, guantes y suministros para desinfectar su equipo de fotografía. Si bien Wasson cuenta que Reuters le dio a ella y a otros freelancers pautas de seguridad y algunos equipos de protección personal, como máscaras N95 y trajes Tyvek, está claro que suministrar este equipo no es una práctica estándar para los medios de comunicación.
Seguridad financiera
"Ser freelancer en Italia es de alto riesgo para nosotros", dice Lapini. “Si te enfermas, no trabajas, así que no ganas dinero. Yo manejo el mismo presupuesto diario; con virus o sin virus recibo el mismo dinero". Esta inseguridad financiera supone una presión para que los freelancers cubran el COVID-19, a pesar de las preocupaciones sanitarias.
Monterrosa es un experimentado fotógrafo de incendios forestales que vive en Los Ángeles, California. Al igual que los bomberos, le gustaría que los fotoperiodistas recibieran una compensación adicional o un pago por riesgos cuando trabajan en situaciones peligrosas. "Puedes pedirlo, pero la cultura del trabajo freelance es estar agradecido de que te hayan asignado el trabajo y no pedir más", dice. Algunos editores ofrecen un pago adicional para compensar el riesgo, agrega, pero todavía hay mucho por mejorar.
Recursos
Muchos fotoperiodistas están sintiendo las consecuencias de los eventos cancelados debido al COVID-19. Otros no toman trabajos de fotografía debido a preocupaciones de salud personales.
Iniciativas como Juntos Photo Coop se han fundado para promover la seguridad de los periodistas mientras cubren la pandemia. Fondos como el Format Photographer Fund brindan apoyo financiero a los reporteros gráficos que enfrentan dificultades debido al brote del nuevo coronavirus. National Geographic, Africa-China Reporting Project e Internews también están ofreciendo subsidios a fotoperiodistas que cubren el COVID-19 a nivel local. Para fotoperiodistas mujeres, trans y no binarias, la International Women’s Media Foundation tiene un fondo de emergencia, y Women Photograph busca donantes para dar apoyo financiero a las fotógrafas.
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Hay recursos disponibles para ayudar a los periodistas a incorporar mejores prácticas de seguridad cuando se encuentran en una misión, y también para recibir información actualizada sobre COVID-19. En Estados Unidos, la National Press Photographers Association ofrece una guía de recursos, como un boletín semanal para reporteros gráficos que cubren la pandemia.
Lapini, Wasson y Monterrosa también hicieron hincapié en el hecho de que la comunidad del fotoperiodismo se haya unido durante el COVID-19.
"El primer consejo fue que los periodistas y los reporteros gráficos hablaran, intercambiaran consejos e información", cuenta Lapini. Junto con otros colegas fundó Arcipelago 19, un colectivo fotográfico en Instagram. "Es un lugar de unión y apoyo", dice la fotógrafa. "Queríamos crear un punto de encuentro para los fotógrafos italianos". Ella espera que Arcipelago 19 no solo sea una ventana a los eventos actuales de Italia, sino que también ayude a los fotoperiodistas independientes que cubren COVID-19 a sentirse menos solos y aumentar su visibilidad ante posibles editores y publicaciones.
Lo que vendrá
"Todos experimentamos ansiedad sobre el futuro en general", dice Wasson y admite que, personalmente, no ha tenido muchas oportunidades de pensar en el futuro debido a la cobertura diaria que está haciendo.
Monterrosa ve potencial para un mayor apoyo entre los reporteros gráficos. "Sería útil contar con un registro de fotoperiodistas que estén activamente presentes cubriendo el COVID-19", dice. Una fuente de información centralizada como esta permitiría a los fotoperiodistas apoyarse mutuamente y darse visibilidad.
Lapini y Monterrosa han puesto sus miras en los seguros de salud y el apoyo financiero. "Vivimos en la precariedad de los contratos y la colaboración, y estos pueden cambiar de un día para otro", dice Lapini. La crisis del COVID-19, agrega, ha generado un debate acerca de cómo se reconoce y valora el trabajo de los fotoperiodistas freelance en los medios de comunicación.
"Hemos inaugurado una discusión acerca de cómo podemos hacer de nuestra profesión una prioridad en el mundo del periodismo", concluye Lapini. "Quizás este sea uno de los puntos a discutir una vez que la emergencia haya terminado".
Imagen principal: personal médico se viste para ingresar a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Sant’Orsola en Bolonia, Italia. Crédito: Michele Lapini.
Natalie Van Hoozer es una periodista freelance multimedia de Reno, Nevada.