Consideraciones para periodistas extranjeros que informan sobre Bielorrusia

Oct 19, 2023 en Cobertura de crisis
Niño con la bandera de la oposición bielorrusa sobre los hombros

Desde el comienzo de rusa a Ucrania, la atención se ha desviado de los asuntos políticos internos de Bielorrusia.

Las audiencias tienden a estar más interesadas en la conexión bielorrusa con los principales actores de esa guerra. El gobierno de ese país ha permitido a Rusia utilizar su territorio para lanzar ataques contra Ucrania, y a principios de 2023 la empresa militar privada Wagner fue trasladada allí tras su intento de motín.

Entretanto, es cada vez más difícil conseguir información sobre los acontecimientos dentro de Bielorrusia, y cada vez más peligroso para los periodistas hacer su trabajo. Las fuentes se niegan a hablar con los reporteros, incluso bajo condición de anonimato, por miedo a ser encarceladas.

Con esta disminución de la cobertura informativa, quienes están fuera del país pueden concluir erróneamente que todo va bien. Es importante que los periodistas bielorrusos expliquen a sus colegas extranjeros por qué debemos informar más sobre ese territorio. Y lo que es más importante, dejar claro cómo hacerlo sin poner en peligro a las fuentes o a los sujetos de la información. Como en otros países autoritarios, si los periodistas no tienen cuidado, pueden poner en peligro a aquellos sobre los que informan.

Trabajar con imágenes y videos

Un tema frecuente de debate entre los periodistas es cómo publicar imágenes y videos de manera responsable: concretamente, por ejemplo, en el caso de las personas que participan en protestas, ¿debemos difuminar sus rostros? Algunos creen que hay que hacerlo para evitar represalias del Estado. Otros afirman que la policía ya tiene imágenes de las protestas y, al oscurecer los rostros, tomamos decisiones por las personas, privándolas de su individualidad. La mayoría de los profesionales de los medios de comunicación y de la sociedad civil se sitúan en el primer grupo.

"Todo lo que utilizamos puede acabar volviéndose en nuestra contra", dice Evgenia Dolgaya, fundadora de Politvyazynka, un proyecto de apoyo a las presas políticas. Para Dolgaya, también puede ser importante difuminar los tatuajes distintivos. "Cualquier descuido conlleva consecuencias irreversibles. El nivel de represión ha llegado al punto de que la gente no sale de la cárcel, sino que muere allí".

Dolgaya también desaconseja volver a compartir fotografías publicadas anteriormente: a menos que se esté seguro de que todas las personas que aparecen en las imágenes están a salvo y no les importaría que se publicaran, es mejor abstenerse de hacerlo.

También es mejor no compartir ni difundir confesiones grabadas en las que la gente se arrepiente de sus delitos ante el régimen. Estos vídeos suelen grabarse después de las detenciones, cuando las personas han sido sometidas a presiones y en algunos casos incluso torturadas.

Olga Erokhina, redactora jefe del sitio web del canal de televisión Belsat, ofrece recomendaciones adicionales sobre cómo utilizar responsablemente el material visual en la información sobre Bielorrusia:

  • Difumina rostros en fotos y videos de protestas, incluso si las protestas estaban oficialmente permitidas en el momento de la filmación. Independientemente de si una manifestación estaba permitida, las personas pueden terminar en la cárcel, ser despedidas de su trabajo, multadas o recibir una "khimiya", una forma de castigo en la que se envía a una persona a un centro penitenciario o se la somete a arresto domiciliario.
  • Retirar fotos o vídeos de personas que lo pidan. El contenido puede conservarse internamente, pero debe retirarse del espacio público por motivos de seguridad.
  • No vuelvas a publicar fotografías, artículos o videos previamente publicados para evitar atraer la atención de las autoridades.
  • En algunos casos, puede ser necesario anonimizar tus fuentes por motivos de seguridad. Hay varias formas de hacerlo. Puedes cambiarles el nombre, pero asegúrate de que lo haces por motivos de seguridad. También puedes cambiar su ubicación, o hacerla más imprecisa nombrando una región en lugar de una ciudad concreta, por ejemplo. También puedes renunciar por completo a las referencias geográficas puntuales e indicar que la persona es de Bielorrusia. Considera también la posibilidad de cambiar el sexo de tu fuente u otros datos personales identificativos.

"Así borramos, en la medida de lo posible, las huellas de una persona que pueda estar en peligro", señala Erokhina. "Todos los datos del texto se presentan de tal forma que las fuerzas de seguridad no puedan localizar a quienes nos hayan contado algo".

Encontrar expertos

Encontrar expertos en Bielorrusia puede ser todo un desafío. Quedan muy pocos en el país, y los que quedan no quieren llamar indebidamente la atención de los servicios de seguridad.

Debido a su desconocimiento del contexto local, los periodistas extranjeros corren el riesgo de equivocarse al dar tribuna a una persona que ha perdido la confianza del público o no conoce bien el tema en cuestión.

Alina Rudina, personalidad de los medios en Bielorrusia quien ahora vive en Ucrania, recomienda a los periodistas crear listas de expertos situados fuera de Bielorrusia a los que consultar para su trabajo.

Ve más allá de las declaraciones oficiales

En Bielorrusia funciona un poderoso aparato de propaganda, por lo que es importante que los periodistas extranjeros cubran con ojo crítico las declaraciones oficiales del régimen bielorruso.

"Sea cual sea la cobertura sociopolítico que decidan realizar los periodistas extranjeros, es importante que ofrezcan a sus lectores una imagen completa de lo que está pasando", observa Yanina Melnikova, redactora jefe de Mediakritika. Si los periodistas citan el punto de vista del régimen de Alexander Lukashenko, es fundamental que expliquen qué hay realmente detrás de las declaraciones oficiales.

"Dar el panorama completo no consiste tanto en citar obligatoriamente a las dos partes, sino en entender claramente que, cuando se cita al régimen, es necesario poner en contexto al lector extranjero", dice Melnikova. "Informar sobre lo que hay detrás de sus palabras, cuál es el peso de las palabras de los funcionarios del gobierno, por qué hacen las declaraciones que hacen y cómo podrían aplicarse en la práctica".

La situación actual en Bielorrusia vuelve a plantear cuestiones sobre las normas aceptadas en el periodismo.

Nos enfrentamos a nuevos problemas que hace cuatro años ni podíamos imaginar. Bajo una presión constante, nos hemos visto obligados a revisar lo que estábamos acostumbrados y a adaptarnos a una nueva realidad, en la que más de 1.400 personas de nuestro país han sido privadas de libertad por motivos políticos.


Este artículo fue publicado originalmente en IJNet en ruso.

Foto de Jana Shnipelson en Unsplash.