En medio de una intensa polarización política, despidos en los medios y ataques a la prensa, la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji) celebró la 14ª Conferencia Internacional de Periodismo de Investigación del 27 al 30 de junio en San Pablo.
"El mundo está inflamado y cuando le echas más combustible, empeora", dijo Cris Bartis, cofundadora del podcast Mamilos, durante el panel "Cubriendo la política sin fomentar la polarización". La salida, según Bartis, es poner el foco de la conversación en las personas. "Tenemos que construir puentes entre los que piensan de manera diferente, en lugar de probar lo que queremos decir".
La pregunta es cómo llevar eso a la práctica. En el caso de Mamilos, la solución ha sido invitar a las personas que piensan de manera distinta a discutir una variedad de temas cara a cara. Al final de cada programa, los participantes se dan cuenta de que hay más similitudes que diferencias entre ellos, lo que permite mejores reflexiones, dijo Bartis.
Sin embargo, esa no es la única posibilidad. La forma en que el público reacciona a la prensa ha cambiado. En el pasado, las interacciones se manifestaban en objeciones, quejas y demandas legales, pero hoy la realidad es diferente. Con el uso de las redes sociales, la difusión de noticias –sean verdaderas o no– es prácticamente inmediata. Y, aunque no hay peso ni responsabilidad al hacerlo, el acceso a la tecnología ha permitido a todos comunicar lo que piensan.
En Brasil ha habido casos frecuentes en que los periodistas son atacados y se encuentran con que sus vidas privadas, y las de sus personas cercanas, son expuestas en las redes sociales. El año pasado, después de publicar un artículo que revelaba una campaña de WhatsApp pagada por empresarios contra el Partido de los Trabajadores, a Patrícia Campos Mello, periodista de Folha de S. Paulo, le piratearon su teléfono celular. Se enviaron mensajes desde su móvil para apoyar al candidato presidencial de entonces, Jair Bolsonaro, y su vida y la de su hija fueron amenazadas. Veterana en la cobertura de conflictos armados, Campos Mello tuvo que conseguir una custodia para transitar el centro de San Pablo, experiencia que relató durante el panel "Periodismo bajo ataque". En el mismo panel, la periodista Constança Rezende habló por primera vez sobre la desinformación difundida por el presidente brasileño, quien la acusó de intentar destruirlo a él y a su familia.
Según Pierpaolo Bottini, coordinador del Observatorio de Libertad de Prensa del Colegio de Abogados de Brasil (OAB), el derecho penal brasileño es la solución para lidiar contra las críticas contra periodistas que constituyen un delito. El abogado argumentó que "la reacción a estas acciones debe ser inmediata". También recomendó a las víctimas guardar capturas de pantalla de delitos y amenazas, certificar el archivo de esas amenazas ante un notario, y presentar una queja ante la policía y la fiscalía para que se inicie una investigación.
Una creciente desconfianza hacia la prensa
Los ataques de Bolsonaro hacia la prensa y los periodistas son comunes. El presidente de Brasil tiene una fuerte presencia en los medios y ha difundido la idea de que "la prensa miente”.
"No estoy de acuerdo con esa declaración. Al generalizar, terminas creando agitación", dijo el general retirado Carlos Alberto Santos Cruz, ex ministro-secretario de la oficina del presidente Bolsonaro, en una entrevista abierta con los periodistas Julia Dualibi y Daniel Bramatti, en el primer día de la conferencia. Para Cruz, el uso irresponsable de internet "crea caos y dificulta la gobernabilidad". Sin embargo, se reservó críticas hacia el gobierno de Bolsonaro.
Durante el panel "Prensa y bolsonarismo: el desafío de cubrir a un gobierno que estigmatiza al periodismo", Thaís Oyama, ex periodista de la revista Veja, declaró que la administración de Bolsonaro favorece a la prensa en la que confía. Un ejemplo, citado por el panelista Nelson Sá de Folha de S. Paulo, son los desayunos que organiza el presidente con profesionales de los medios que cubren el palacio de gobierno, y que no se pueden registrar ni fotografiar.
"Bolsonaro se ha vuelto más inteligente, más astuto; no pierde la oportunidad de difamar, calumniar y ofender. Sabe el impacto que tiene su popularidad", dijo Oyama.
Fernando Barros e Silva, director editorial de la revista Piauí y presentador del podcast Foro de Teresina, argumentó que la administración actual se caracteriza por el resentimiento. Y advirtió: "No podemos caer en la trampa de tratar al gobierno como quiere ser tratado. La solución es el periodismo serio".
Barros e Silva también citó la reciente investigación publicada por The Intercept Brazil, que reveló deshonestidades en la cruzada contra la corrupción conocida como Lava Jato, que debilitó al Partido de los Trabajadores y creó las condiciones para el ascenso de Bolsonaro.
El editor ejecutivo del The Intercept Brazil, Leandro Demori, estuvo de acuerdo con Barros e Silva y destacó las fallas en la forma en que se informó sobre Lava Jato. "Sin la cobertura de la prensa, Lava Jato no habría ocurrido", dijo, y afirmó que la investigación del The Intercept Brazil debería ser una oportunidad para que los profesionales de los medios evalúen cómo han estado trabajando en los últimos años.
La 14a Conferencia Internacional de Periodismo de Investigación también abordó temas regionales como el periodismo en la Amazonia y en zonas de conflicto, periodismo colaborativo, nuevos formatos, periodismo de datos, desinformación, verificación de hechos y más.
Lee los aspectos más destacados de Abraji aquí (en portugués).