Muchos en el periodismo están buscando formas de aprovechar la experiencia de sus lectores y utilizar datos para contar historias interesantes. Pero también tecnólogos y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo que se dedican a la creación de tecnologías para uso ciudadano se están planteando los mismos objetivos. Organizaciones como MySociety del Reino Unido, Code For America de Estados Unidos, Code For South Africa o Fundación Ciudadano Inteligente de Chile, están desarrollando servicios que tienen como objetivo mejorar la interacción entre el gobierno y los ciudadanos.
Tanto medios como organizaciones no gubernamentales están explorando el desarrollo de servicios tales como iniciativas para analizar datos de las legislaturas de sus países, herramientas que faciliten la escritura y publicación de solicitudes de información dirigidas al gobierno y bases de datos que ayuden a pacientes a encontrar medicamentos más baratos. Mientras que en algunos casos las organizaciones no gubernamentales proporcionan datos en bruto sin mucho análisis, otras iniciativas como Homicide Watch DC han logrado unificar a la tecnología ciudadana con el periodismo.
Durante los últimos años he estado en ambos lados: he sido desarrollador de aplicaciones ciudadanas como OpenSpending y Adhocracy y, siendo becario de la Knight-Mozilla Fellowship, trabajé en Spiegel Online, un medio de noticias alemán. A partir de estas experiencias es que creo que sería interesante que los periodistas tuvieran en cuenta algunas lecciones aprendidas por tecnólogos ciudadanos, debido a que estos suelen experimentar con estrategias online para aumentar la participación ciudadana, las prestaciones de servicios basados en datos y la capacidad de rendición de cuentas de los gobiernos.
Al mismo tiempo, las iniciativas de tecnología ciudadana están siendo impulsadas por diversos grupos en muchos países. Frecuentemente un grupo inútilmente reinventa o replica conceptos que ya han sido explorados y probados en otro lugar, sin que exista un intercambio de experiencias (ni tampoco un software que funcione a estos efectos). Además de eso, hay muy poco intercambio acerca de lo que significan los factores de éxito para la tecnología ciudadana: qué tipos de interacciones funcionan, qué información puede ser relevante para los ciudadanos y cómo asegurarse de que los servicios puedan satisfacer las necesidades de sus usuarios.
Para facilitar la aplicación de estas lecciones, un equipo del ICFJ CodeCamp de Bellagio optó en mayo por crear Civic Patterns, un lenguaje de patrones específico para la tecnología ciudadana. (Asistí al CodeCamp como parte de mi beca ICFJ Knight International Journalism Fellowship).
La idea de Civic Patterns proviene de un libro escrito en 1977 por el arquitecto Christopher Alexander llamado “A Pattern Language” (en español: “Un Lenguaje de Patrones)”. Alexander propone conceptualizar estrategias utilizadas en el diseño de casas, pueblos y ciudades. Sus patrones, con nombres como "luz en dos lados de cada habitación", "estanterías a la altura de la cintura" o "calles de circunvalación" estaban dirigidos a permitir que todos - y no sólo los arquitectos y planificadores – pudieran debatir acerca de las estructuras de los espacios sociales.
A mediados de los años noventa, la adopción de la idea de introducir los lenguajes de patrones en el desarrollo de software inspiró la creación de la primera wiki, la Portland Pattern Repository. En una línea similar, Civic Patters busca desarrollar un lenguaje colectivo de estrategias de participación ciudadana, coordinando los esfuerzos de la comunidad y servicios de diseño en la web.
El proyecto se centra en cuatro categorías: Community ("Comunidad"), Engagement ("Interacción con la audiencia"), Delivery (Cuán útil es la aplicación a la hora de resolver problemas de la comunidad) y Government ("Gobierno"). El capítulo de Comunidad captura ideas tales como No Social Networks ("Sin Redes Sociales"): no trates de reconstruir otro Facebook para un tema específico. En lugar de eso, piensa en cómo puedes interactuar con plataformas ya existentes. En tanto, el concepto Single User Mode ("Modo de Usuario Único") implica que tu sitio tiene que poder funcionar no solo para una comunidad, sino también para un usuario único.
La parte de Interacción con la audiencia analiza el diseño de las actividades. Por ejemplo, la noción de Push, Don't Pull implica el envío de notificaciones por email, en lugar de esperar a que los usuarios vayan a visitar tu web con regularidad, mientras que el patrón Don't Educate (No Eduques) dice que un servicio no debe tratar de educar a sus usuarios, sino que, en cambio, debe buscar eliminar la necesidad de que estos necesiten ser educados. Por ejemplo, en lugar de enseñar los aspectos legales a la hora de realizar solicitudes de acceso a la información, una plataforma debe facilitar el lenguaje legal y poder aconsejar a los usuarios sobre sus posibles opciones durante este proceso.
La parte de Delivery refiere a atraer y retener a aquellas personas que usan tu servicio. Para aquellos que gustan de proyectos ambiciosos, Don't Boil the Ocean ("No Hiervas el Océano") es un recordatorio para limitar el alcance de un servicio y no tratar de solucionar todos los problemas al mismo tiempo, mientras que el concepto de Kill Switch ("Opción de eliminar el proyecto") refiere a una condición de falla en la adopción de lo que definiste cuando iniciaste tu proyecto.
La última categoría, Gobierno, tiene patrones para poder lidiar con grandes burocracias. Enfoques como Ask Forgiveness Not Permission ("Pide perdón y no permiso") o Make Government Your User ("Haz del Gobierno tu usuario") pueden ser utilizados no sólo en medios y redacciones, sino también desde dentro del propio Estado.
Civic Patterns es el comienzo de una lengua para quienes diseñan tecnologías ciudadanas. Este podría ser el inicio de un vocabulario común para todos los que hacen aplicaciones para el bien público, un grupo que sin duda incluye a periodistas y tecnólogos de medios. Por supuesto que este trabajo no está terminado. Como ocurre con cualquier lenguaje, se trata de un proyecto de colaboración, en el que cualquier persona está invitada a sugerir cambios y adiciones.
Una vez que tengamos un lenguaje común, podríamos darnos cuenta de que todos hemos estado trabajando en el mismo problema desde un principio.
Friedrich Lindenberg es un becario de la ICFJ Knight International Fellowship que trabaja con periodistas y organizaciones desarrollando recursos para el trabajo con datos y herramientas de investigación.
Texto traducido del inglés al español por Andrea Arzaba.
Imagen: Copyright Stefan Gehrke.