Cuando Keph Senett, una escritora freelance de Toronto, Canadá, analizó los temas que quería cubrir en 2014 y 2015, se dio cuenta de que había un par de desafíos que podrían impedirle cumplir con sus objetivos.
Senett ya se había hecho un lugar en el nicho de la cobertura de derechos humanos y fútbol, dos temas que a menudo se conectan. La mayoría de las historias que estaba siguiendo se desarrollaban fuera de su país. Sin afiliación a ningún medio y sin el encargo de una publicación que cubriera sus gastos –que incluían contactos, traductores y transcriptores–, no había forma de que pudiera realizar un reportaje acerca del fútbol femenino en México y Perú.
También se enfrentaba al problema de la publicación. El tipo de periodismo que Senett quería hacer involucraba artículos de largo formato, y si bien ella ya había publicado en medios relevantes como Al Jazeera America y Sports Illustrated, intentar vender artículos largos sobre temas desconocidos y que estaban “fuera del circuito de las noticias” era otra inversión que podía salir mal.
Así que cuando Senett se enteró de Contributoria, un sitio online que funciona como fuente de financiación y a la vez como plataforma de publicación, decidió experimentar con esta alternativa.
Los periodistas que se registran allí obtienen una cuenta gratuita y pueden proponer una idea para un nuevo artículo cada mes. Ellos ponen sus propios precios –en libras, dado que el sitio está localizado en Gran Bretaña–, y la web genera un número correspondiente de puntos que deben ser obtenidos por el escritor con el fin de garantizar que Contributoria –que fue financiado por Google en sus inicios y ahora cuenta con el apoyo de The Guardian, de organizaciones sin fines de lucro y de ONGs–, pague el monto. Cuando los lectores contribuyentes se registran para obtener una cuenta gratuita, también reciben puntos que pueden darle a los artículos que eligen apoyar.
Luego de haber hecho tres reportajes, Senett asegura que "no hubiera sido capaz de financiar la cobertura de estos proyectos sin Contributoria”. Apoyándose fuertemente en los puntos proporcionados por amigos, familiares y colegas, Senett pudo cubrir el fútbol femenino y temas de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en México, Perú y Rusia.
Los usuarios también pueden pagar por cuentas premium para recibir más puntos. El número de puntos necesario para financiar un proyecto no está preestablecido de un mes a otro, así que es imposible para el periodista saber el apoyo de cuántas personas necesitará. Es como el crowdfunding, pero sin gente aportando dinero, y con las metas cambiando cada mes.
El hecho de que quienes respaldan un proyecto no deban pagar de sus bolsillos debería hacer más fácil que un proyecto llegue a buen puerto, ¿verdad?
No necesariamente, dice Robin Marty, un periodista de Nueva York que ha usado Contributoria para financiar dos proyectos y que actualmente se encuentra trabajando en un tercero. Aunque registrarse lleve como mucho un par de minutos, y otorgar puntos al proyecto elegido sea un trámite incluso más corto, el sitio puede ser confuso y poco atractivo para los visitantes.
“En lugar de construir un sistema de recursos que pueda aprovecharse mejor con cada nueva propuesta, pareciera que uno está empezando de cero cada vez que encara un nuevo proyecto con quienes te apoyan”. dice Marty. “Esto es frustrante para los periodistas y puede ocasionar la pérdida de participantes. Las personas que están dispuestas a ayudar la primera vez luego empiezan a ver el proceso muy tedioso, especialmente porque los escritores envían una nueva propuesta cada mes. Comienza a parecerse a un ruego constante de ayuda”, agrega.
Senett está de acuerdo. “Lo que menos me gusta de Contributoria es ese incesante pedido de puntos”, dice. “Casi cada mes me encuentro en la situación de tener que pedir a mis amigos y a mis redes que me apoyen. Esto genera confusión ('¿No te apoyé el mes pasado?'), y odio tener que estar rogando todo el tiempo".
La periodista agrega que los contribuyentes se han enfrentado a problemas técnicos en el sitio y, una vez que eso ocurre, se vuelven reacios a intentarlo de nuevo. Además, estos permanecen anónimos para los periodistas a menos que mencionen específicamente –en Facebook o en Twitter, por ejemplo- que han otorgado puntos a determinado proyecto. El sitio no permite que los contribuyentes sean visibles para los periodistas, lo que, según Senett, hace que el acto de apoyar un proyecto no resulte muy gratificante.
Yo también he usado el sitio para financiar varios proyectos, incluyendo reportajes de México y Puerto Rico. Como Senett y Marty, me parece que Contributoria es vital como una forma de apoyo, no solo para financiar un determinado proyecto sino también para ganar algo de dinero con él. También he encontrado otro de los beneficios más atractivos del sitio: algunos de los artículos aparecen publicados en una inserción en The Guardian (aunque no se aclara quién los elige, ni cómo).
Al mismo tiempo, estoy de acuerdo en que la imposibilidad de predecir el número de puntos y el constante ruego al que hacen referencia Marty y Senett son obstáculos que se vuelven más difíciles mes a mes. Esto es cierto, a pesar del prestigio que le dan al sitio la participación de medios sin fines de lucro y ONGs como The Nature Conservancy, UNESCO, el Comité para la Protección de Periodistas, Freedom of the Press Foundation y la organización con la que trabajaré: PBS Media Shift.
La interfaz confusa y otras características que afectan su credibilidad –incluyendo el hecho de que el trabajo de periodistas profesionales aparezca junto al de autores que utilizan seudónimos o de piezas repletas de errores de tipeo– puede hacer que los contribuyentes se sientan menos inclinados a dar su apoyo en más de una oportunidad. “Cualquiera puede publicar mientras consiga respaldo para su propuesta”, remarca Senett.
Considerando los pros y los contras, ¿Contributoria vale la pena para los periodistas? La respuesta corta es sí, dice Jen Wilton, una periodista freelance que reside en Oaxaca, México, y que ha usado la plataforma en el último año.
“Ha sido un recurso realmente muy valioso”, dice Wilton, “que me ha permitido avanzar en mi investigación y pasar más tiempo puliendo la escritura. Espero usar Contributoria por un largo tiempo, aunque me gustaría que se formase una comunidad más fuerte, lo que ocurriría si la funcionalidad del sitio mejorara. Es un emprendimiento periodístico innovador y particularmente útil para quienes recién empiezan a escribir”.
A pesar de sus defectos y con independencia de si se trata de una solución a largo plazo, puede ser un recurso muy valioso para periodistas, especialmente para freelancers que están trabajando fuera de sus países de origen y deben incurrir en gastos adicionales. Puede ser también una buena solución para quienes no tienen intención de utilizarlo mensualmente o para los que proponen proyectos menos onerosos y con tasas bajas. También es un recurso a explorar por freelancers que viven en países en los que no se habla inglés y producen artículos en otros idiomas.
El personal de Contributoria dice estar al tanto de muchas de las deficiencias de la plataforma y asegura estar trabajando para corregirlas mientras el sitio crece. Es el dilema de muchos sitios web, desde luego, pero espero que los problemas de Contributoria se resuelvan, para que siga siendo un recurso útil e incluso pueda convertirse en un modelo de servicios similares.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía hernanpc.