Este recurso forma parte del kit de herramientas para medios de comunicación en el exilio de IJNet, elaborado en colaboración con la Red de Medios de Comunicación en el Exilio (NEMO), y con el generoso apoyo del Fondo de Emergencia para Periodistas Joyce Barnathan.
En el universo de medios en el exilio, los eventos —presenciales o virtuales— emergen como un recurso que va más allá de la recaudación de ingresos: son espacios de visibilidad, construcción de comunidad y afirmación del vínculo emocional con la audiencia.
Carlos Aníbal Alonso, director de Rialta, subraya la importancia de los eventos como una vía clave para la sostenibilidad de su medio cultural cubano.
Alonso relata que uno de los eventos más ambiciosos que organizaron fue un festival cultural en la Ciudad de México, articulado entre múltiples actores del ecosistema artístico y mediático latinoamericano. Este festival no fue un evento exclusivo de Rialta, sino una iniciativa co-creada.
La experiencia demostró que si bien la coordinación colectiva multiplica las posibilidades de impacto y reduce la carga financiera directa para un solo actor, también añade una complejidad operativa significativa.
El evento se organizó casi sin presupuesto, con una promesa inicial de financiamiento que no se concretó. “Lo que hicimos fue un proyecto de financiación colectiva entre varias organizaciones, en ningún caso aportaron dinero, sino recursos en especie”, dijo Alonso, enfatizando que la actividad se organizó “básicamente sin presupuesto”.
Esta red de microapoyos incluyó la provisión de espacios, participación de invitados, difusión y apoyo logístico. Sin embargo, el esfuerzo humano fue considerable y, como él mismo señala, no está seguro de si repetiría la experiencia sin condiciones más estables:
“Fue muy demandante... una experiencia muy interesante que no estoy seguro si repetiría, sabiendo por todo lo que tuvimos que pasar”
A pesar de las dificultades, el aprendizaje colectivo fue invaluable. Alonso destaca que esta experiencia les dio herramientas para planificar con más solidez una eventual segunda edición del festival.
Los Guayoyos con Cocuyo: una fórmula cara a cara para fortalecer vínculos
“Un guayoyo es un café más aguadito, menos fuerte… ese café que se toma a media mañana para hablar distendidamente sobre un tema”. Así lo describe Danisbel Gómez, directora de Estrategia de Efecto Cocuyo, un medio venezolano que lanzó la iniciativa “Guayoyos con Cocuyo” para conectar con su comunidad y explorar nuevas formas de financiamiento, ya fuera en jardines de universidades, plazas o incluso en encuentros en el extranjero con comunidades migrantes.
La propuesta es simple pero potente: ofrecer un café gratis a cambio de una idea para mejorar el periodismo. Esta lógica invertida —donde el medio escucha activamente a su audiencia y no solo emite contenido— se volvió parte integral de su ADN institucional.
Los guayoyos no solo sirvieron para escuchar a las audiencias, sino también para segmentarlas y conectar con grupos clave: estudiantes, mujeres, migrantes. Por ejemplo, en 2018 realizaron un guayoyo en Colombia, en el marco del Festival Gabo, donde reunieron a migrantes venezolanos y colombianos. De esa experiencia nació Venezuela Migrante, una plataforma enfocada en movilidad humana.
Estos encuentros también generaron sinergias económicas indirectas. Algunos fueron financiados por organizaciones aliadas, universidades, e incluso empresas privadas de café. En una ocasión, una marca local de café patrocinó el evento a cambio de un video promocional y difusión en redes del medio, mostrando cómo los guayoyos podían ser una herramienta de trueque creativo dentro de la economía simbólica del medio.
Sin embargo, mantener esta iniciativa también implicó desafíos. Aunque en ocasiones recibían apoyo externo, muchas otras veces los gastos logísticos, como el café y los materiales, fueron cubiertos directamente por el equipo. A esto se suma la inversión en tiempo, producción y movilización del personal, especialmente en un país con cortes de electricidad frecuentes y crisis de transporte.
En lugar de pensar los eventos solo como línea de ingresos, Efecto Cocuyo los convirtió en parte de una pedagogía más amplia: mostrar que el medio escucha, aprende y evoluciona con su comunidad. Los guayoyos ejemplifican cómo un acto tan simple como tomar un café puede ser, en realidad, una forma de reconstruir el tejido cívico desde el periodismo.
Como resumió Gómez, “ese esfuerzo denodado y reiterado del medio por salirse de su zona de confort e ir a buscar a su comunidad ha sido una receta que nos ha permitido seguir vivos, a pesar de todo”.
Imagen de Headway en Unsplash, con licencia CC.
Nieves creó este recurso como parte de su beca ICFJ Knight.