Becas y fellowships: sostener la vocación desde el exilio

porJosé J. NievesMay 29, 2025 en Freelancing
Hombre en aeropuerto

Este recurso forma parte del kit de herramientas para medios de comunicación en el exilio de IJNet, elaborado en colaboración con la Red de Medios de Comunicación en el Exilio (NEMO), y con el generoso apoyo del Fondo de Emergencia para Periodistas Joyce Barnathan.


Clavel Rangel es una periodista desplazada forzosamente por su trabajo periodístico en Venezuela. No se exilió con una red de seguridad, ni con un empleo asegurado, ni con un plan estructurado. Se exilió con su nombre, su credibilidad y su convicción. Como ella misma cuenta, su forma de sostenerse ha sido múltiple, fragmentada y profundamente creativa.

"He aprendido a vivir con muchas fuentes de ingreso. Una beca aquí, una edición allá, un podcast colaborativo, una consultoría en derechos humanos. Y cuando no hay nada, me reinvento". Clavel no trabaja para un medio: trabaja para un ecosistema. Su modelo es el de una profesional que ha armado su propio rompecabezas financiero y simbólico. 

Entre las piezas que lo componen está el periodismo freelance para medios internacionales y regionales que valoran su mirada desde el sur. También apela a becas y fellowships, como el de la International Women’s Media Foundation, que ayudan a repensar la carrera junto a un mentor o tutora; la Lauren Brown Fellowship, que financia parcialmente la producción de reportajes o líneas temáticas específicas, o un fellowship de inmersión, como el Alfred Friendly Press Fellowship en la Universidad de Misuri, que facilita encuentros internacionales entre periodistas con trayectorias similares, creando comunidad emocional y profesional.

Este enfoque le ha dado libertad, pero también le ha exigido reinventarse constantemente, aprender a presupuestarse sin calendario fijo y gestionar su tiempo como si fuera una empresa de una sola persona.

Aunque pocas veces una beca cubre todos los costos, permite avanzar en investigaciones, cubrir necesidades puntuales o abrir puertas. Clavel lo resume así: “Es como ir construyendo tu propio puente con múltiples oportunidades. No hay un solo camino, pero esos pasos te sostienen".

Sin embargo, el acceso a estas oportunidades está limitado por barreras lingüísticas, especialmente en Estados Unidos, donde se espera que el periodista hispano publique en inglés; inseguridad emocional, relacionada con el duelo migratorio y el síndrome del impostor; y falta de redes locales, lo cual impacta la posibilidad de postularse con éxito si no se cuenta con referencias o conocimiento institucional.

Por ello, una recomendación importante de Clavel es invertir en networking, identificar comunidades afines y narrar con honestidad la historia personal: “Nuestra historia puede dar lecciones a países democráticos donde las democracias están siempre en construcción y riesgo”.

Su testimonio no es complaciente ni promueve visiones edulcoradas de los retos que sufre. Clavel habla del agotamiento que genera vivir sin red. La falta de contratos estables, la informalidad de muchos encargos, el estrés de no saber si en tres meses habrá ingresos. La soledad también pesa: no hay equipo al que volver, ni editores estables, ni vacaciones planificadas. "Ser freelance no es libertad pura. Es cansancio, es incertidumbre, es negociar tus propias tarifas cada vez, es no enfermarse nunca. Es trabajar el doble para demostrar la mitad".

En su relato, Clavel recuerda cómo muchos medios, incluso progresistas, siguen subestimando la importancia de pagar bien a freelancers, o de reconocer los costos invisibles del exilio: trámites migratorios, aislamiento y discriminación laboral.


Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay.

Nieves creó este recurso como parte de su beca ICFJ Knight.