Bajo Trump, los periodistas deben prepararse para un nuevo nivel de ataques

por Julie Posetti, Kaylee Williams and Mel Bunce
Dec 4, 2024 en Libertad de prensa
Cartel en el que se lee "Trump 2024", con el rostro de Trump en blanco y negro

El segundo mandato de Donald Trump promete amenazas nunca vistas contra la libertad de prensa en Estados Unidos, directamente desde el Despacho Oval.

El presidente electo dejó claro durante la campaña que la prensa estaba en su punto de mira. En un mitin celebrado antes de las elecciones dijo que "no le importaría" que un asesino disparara a los periodistas que tenía delante.

En vísperas de las elecciones, también expresó su deseo de encarcelar a los trabajadores de prensa, perseguir a sus fuentes confidenciales, cancelar las licencias de emisión de las grandes cadenas y criminalizar la lucha contra la desinformación.

Los periodistas de Estados Unidos un país que durante mucho tiempo ha estado a la vanguardia de la defensa de la libertad de prensa en el mundo se enfrentan ahora a amenazas que son más familiares para sus colegas de Filipinas, Hungría o Venezuela. Y es de los periodistas de esos países de quienes los estadounidenses deberán aprender a defender la libertad de prensa y a luchar por los hechos.

La segunda administración Trump promete resistirse a las prácticas fundamentales del periodismo independiente, y las implicaciones para el sector son escalofriantes.

Los periodistas podrían enfrentar mayores riesgos, incluyendo ataques motivados políticamente y acoso legal. Trump ha recurrido al sistema judicial para atacar a periodistas cuya cobertura considera desfavorable.

Desde 2016, el presidente electo ha demandado a varios medios importantes por difamación y, más recientemente, emprendió acciones legales contra CBS por una entrevista del programa 60 Minutes con Kamala Harris.

También es probable que haya una mayor impunidad en relación a las amenazas en línea contra periodistas y medios de comunicación. Por ejemplo, X anunció actualizaciones de su función de bloqueo, permitiendo ahora a los usuarios ver el contenido de las cuentas que los han bloqueado. Y esto podría aumentar las situaciones de acoso.

Y, como muestra un informe del Centro Internacional para Periodistas y la UNESCO, los ataques digitales pueden repercutir en daños fuera de la red. Las mujeres y las personas de color son las más expuestas.

Mientras tanto, la batalla dentro de Estados Unidos para legislar contra los discursos de odio y la desinformación en redes sociales parece haberse perdido.

Republicanos pro-Trump también han argumentado durante mucho tiempo que el trabajo para defender los derechos humanos, la salud pública y la integridad electoral en las redes a través de la moderación y la regulación son una "violación" a la libertad de expresión. Afirman que ese trabajo está sesgado en contra de los puntos de vista conservadoras, a pesar de que varios estudios desacreditan esta afirmación.

Durante la campaña de 2024, Trump se refirió a los esfuerzos para mitigar la desinformación política como "el cártel de la censura". Mientras tanto, impulsó numerosas falsedades desde el podio de la campaña.

 

Durante su primer mandato, Donald Trump utilizó a menudo el término "fake news" (noticias falsas) para atacar a los medios de comunicación que no le gustaban.

 

Incluso antes de que comenzara este ciclo electoral, los republicanos redoblaron sus esfuerzos para desbaratar el trabajo de fact-checking tras la insurrección del 6 de enero, que, a su vez, fue alimentada por la desinformación, como la sugerencia de que las elecciones fueron "robadas".

En una declaración de 2022, Trump anunció que tras la reelección prohibiría a las agencias, empleados y dinero federales participar en cualquier esfuerzo que, según él, impida la expresión legal, e investigaría a los implicados en estas actividades. Esto incluye abordar, etiquetar o señalar casos de desinformación, acciones que él tergiversa como si se trataran de censura.

Esta promesa fue reforzada por Elon Musk en X inmediatamente después de las elecciones. Musk ha demostrado ser uno de los opositores más ruidosos a la lucha contra la desinformación, como lo demuestran sus intentos de demandar a centros de investigación centrados en contrarrestar el discurso de odio en línea.

Recorte de fondos

Durante su primer mandato, Trump intentó recortar fuertemente el presupuesto de los medios públicos, de US$465 millones a solo US$30 millones, una medida que habría amenazado la información local y de investigación en todo el país.

Estos recortes fueron finalmente bloqueados por el Congreso, pero no está claro si los legisladores republicanos se opondrán a Trump en su segundo mandato.

Durante el primer mandato de Trump, también se intensificó la politización y el ataque a los periodistas en Voice of America (VoA), la emisora internacional de servicio público más antigua y grande de Estados Unidos.

En 2020 el entonces presidente nombró a un nuevo director general, Michael Pack, para dirigir la Agencia Estadounidense de Medios Globales, empresa matriz de VoA, y revisar su funcionamiento. En su breve mandato de siete meses, Pack despidió a altos cargos, congeló los presupuestos para coberturas e inició investigaciones sobre periodistas supuestamente tendenciosos.

La cadena pública PBS, que produce algunos de los reportajes políticos más importantes en Estados Unidos, también se encuentra en un estado sumamente vulnerable debido a los recortes de financiación.

Mientras tanto, Musk, que está llamado a desempeñar un papel importante en el recorte de gastos y actividades gubernamentales en la nueva administración Trump, tiene un historial de hacer campaña para desfinanciar los medios públicos.

Organizaciones internacionales que trabajan por la libertad de prensa ya han expresado su alarma ante la perspectiva de que Trump intensifique sus ataques al periodismo en su nuevo gobierno.

Además, una encuesta preelectoral encargada por el Centro Internacional para Periodistas sugiere que estas preocupaciones no están calando en el público estadounidense. La encuesta, realizada a 1.020 adultos de todo el país, reveló que casi una cuarta parte (23%) de los encuestados no consideraba que los líderes políticos que amenazan, acosan o maltratan a periodistas o medios sean una amenaza para la libertad de prensa.

Teniendo en cuenta lo que hemos visto del tipo de político "fuerte" que Trump parece admirar, así como de sus acciones durante su primera gestión, hay buenas razones para creer que esta amenaza será muy real durante los próximos cuatro años.


Julie Posetti es directora global de investigación en el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) y profesora de periodismo en City St George's, Universidad de Londres; Kaylee Williams es doctoranda en Periodismo y Daño Online en la Universidad de Columbia, y Mel Bunce es profesor de periodismo internacional en City St George's, Universidad de Londres.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons.

Foto de Jon Tyson en Unsplash.