Si te cruzas con un video de política en TikTok y abres la sección de comentarios, podrías notar algo extraño: un vendaval de comentarios a favor de un gobierno o de un candidato, con el mismo mensaje en su mayoría, sin mayor oposición. Esto pasa hoy en muchos países de Latinoamérica y no es una casualidad, y en muchos casos tampoco es real.
Existe un grupo de operadores clandestinos que se encargan de falsear la realidad, crear narrativas a favor de un político y aparentar mayorías en el mundo digital, por medio de la creación de perfiles falsos o robots que se hacen pasar por personas reales. Esa es la consigna de la investigación periodística “Mercenarios Digitales”, realizada por el Consorcio Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP).
“Lo que ha pasado hoy con la conversación digital es que se ha distorsionado. Se ha vuelto inauténtica, está llena de elementos que no representan a la ciudadanía: cuentas que no existen, personas que no existen, medios de comunicación que se crean de la noche a la mañana con el único propósito de repetir y repetir mentiras de manera sistemática”, explica la periodista María Teresa Ronderos en un programa de radio de Interferencia, uno de los medios que estudió el fenómeno en Costa Rica.
Ronderos coordinó a este grupo de más de 27 medios de más de 13 países distintos de la región, en donde se encontraron similitudes y hasta agencias con operaciones en distintas campañas políticas de Latinoamérica.
“Esto causa dos efectos: por un lado, convence a un montón de personas que hay unas mayorías a favor o en contra de una cosa, cuando esa mayoría es falsa. Lo otro es que arrastran a la gente a la polarización. Los algoritmos premian una participación intensa, mayor y constante. La gente furiosa participa más, eso es lo que las plataformas premian”, agregó.
La investigación de CLIP revela nombres y empresas que para la mayoría no son conocidos. Como el caso de Fernando Cerimedo, un consultor argentino que lideró campañas de propaganda y desinformación en Chile y Brasil, y ahora está detrás del controversial Javier Milei, quien se impuso en las elecciones primarias de Argentina recientemente.
Cerimedo abiertamente reconoce el uso de trolls para campañas políticas y el uso de medios de comunicación en donde “hace travesuras”, como es el caso de La Derecha Diario, un portal del cual es dueño de su dominio desde 2018 y lo dirige su pareja Natalia Basil.
La creación de portales digitales que se hacen pasar por medios de comunicación es parte del modus operandi de estos consultores. Según la investigación de CLIP, en México, la consultora Neurona creó una red de al menos 116 dominios en varios países, “algunos creados con minutos de diferencia, y que 31 de éstas se usaron como medios que tuvieron un comportamiento inauténtico”, según la investigación.
Campañas de “Copy/paste”
Para María Teresa Ronderos, es necesario estudiar estos casos de manera colaborativa con medios de otros países. “Todo es transnacional y globalizado. Los periodistas no podemos seguir viendo los fenómenos en nuestros países de puerta adentro. Lo que tenemos que hacer es trabajar en alianzas. Pudimos descubrir muchas cosas viendo lo que otros descubrían en otros países.
Esas mentiras, que se repiten por medio de trolls en redes sociales, con portales que simulan ser medios de comunicación y una maquinaria bien aceitada de desinformación, encuentran en las elecciones un terreno fértil para polarizar países enteros.
“Muchas de estas firmas de los mercenarios digitales, a veces con empresas o con agentes de gobierno, se encargan de llevar a cabo y sistematizan estas enormes narrativas fraudulentas, como la mentira del fraude en la victoria de Lula”, afirma Ronderos, quien explica que estos grupos están ensanchando las ideas de Vox, Trump y Bolsonaro en Latinoamérica. “No importa el país, todos lo repiten como un mantra para quitarle credibilidad al sistema y justificar sus derrotas”, agregó.
Mercenarios digitales es una investigación de Chequeado (Argentina), UOL y Agência Pública (Brasil), LaBot (Chile), Colombiacheck y Cuestión Pública (Colombia), CRHoy, Interferencia y Lado B (Costa Rica), GK (Ecuador), Factchequeado (EEUU) Ocote (Guatemala), Contracorriente (Honduras), Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (México), Confidencial y República 18 (Nicaragua), Ojo Público (Perú), El Surti (Paraguay), La Diaria (Uruguay) y tres periodistas investigativas (Bolivia y España/Colombia); además de las organizaciones de investigación digital Cazadores de Fake News (Venezuela), Fundación Karisma (Colombia), Interpreta Lab (Chile), Lab Ciudadano (Honduras) y DFRLab (EEUU); y estudiantes del curso de maestría Using Data to Investigate Across Borders de la profesora Giannina Segnini (Universidad de Columbia EEUU), con la coordinación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP.
Estos son algunos de los reportajes más relevantes de la investigación, a la cual puede acceder en su totalidad en este enlace:
- El perfilador digital por encargo de entidades públicas en Colombia
- Noticias Baldizón: los medios que le hacen propaganda al clan político y se conectan con un hombre de confianza de Giammattei (Guatemala)
- El argentino que desinforma en Chile y su vínculo con uno de los árbitros de la constitución
- El consultor uruguayo Ibáñez, del Barçagate a mejorar la imagen de Odebrecht
- Los aliados de Vox para difundir mentiras en América Latina
- Partido de Chaves pagó por “mano izquierda” en campaña y lo detalló en informe ante TSE (Costa Rica).
Ilustración: Miguel Méndez para CLIP.
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