Doce consejos para publicar un libro periodístico

May 11, 2025 em Periodismo de investigación
sraag

¿Quieres comenzar una investigación periodística pero no sabes por dónde empezar? ¿Te preguntas cómo enfrentar los retos que surgirán en el camino o te abruma la magnitud del trabajo que implica? Si has sentido estas inquietudes, no estás solo. Tras haber publicado tres libros periodísticos y realizado otras investigaciones, he aprendido algunas lecciones que quiero compartir contigo, ya sea para ayudarte a comenzar tu proyecto o para mantener el rumbo cuando el proceso se vuelva complicado. Así que, si estás pensando en escribir un libro o realizar una investigación de largo aliento, quizás estas ideas te sirvan como guía.

1. Elige un tema que te interese. Seguramente no vivas de los libros, sino de otro trabajo que te permite pagar las cuentas. Por lo tanto, realizarás la investigación en tu tiempo libre, trabajando de noche, los fines de semana y en tus vacaciones. Debes elegir un tema que te motive, que te impulse a seguir avanzando cuando estés cansado y que te lleve a trabajar de buena gana mientras los demás se estén divirtiendo. Será largo, difícil, frustrante. Lo único que te permitirá seguir adelante será tu propia pasión por lo que estés haciendo. Obsesiónate y transmite esa emoción a tus lectores, sin importar que sean pocos. 

2. Ten algo que decir. Debes elegir un tema que interese y que además sea relevante para tus lectores. Algunos autores han publicado libros de no ficción basándose en su propia vida, pero la enorme mayoría de las autobiografías son malas, se pierden en detalles poco relevantes y no son escritas con sinceridad. Si quieres escribir tus asuntos personales, hazlo. Escribir es una forma de catarsis. Pero lo más probable es que no ameriten ser publicados y mucho menos leídos. 

3. Mira de cerca. Acércate al tema que vayas a tratar. Ve a los lugares donde ocurrieron los hechos. Habla con las personas cara a cara. Obtén toda la información que puedas. Encuentra detalles que te sorprendan a ti y luego también a tus lectores. Descubre y di lo que aún no se haya dicho. Si estás escribiendo un perfil o una biografía, lee los libros que esa persona haya leído, aprende sobre ella todo lo que puedas. Conoce sus rutinas, sus obsesiones y sus contradicciones. Habla con aquellos que la conocieron, con quienes la hayan querido y quienes no.

4. Sé paciente. No será fácil. Las cosas pueden salir mal en todo momento. Las fuentes quizás no quieran hablar. Las editoriales tal vez no quieran publicarte. Si tu trabajo puede perjudicar a las personas adecuadas, tal vez te llamen a persuadirte para que no lo publiques. Deberás superar todo eso. Persevera. Busca la manera de lograr tu objetivo. Con el tiempo y el enfoque adecuado, las cosas pueden volverse a tu favor. Olvida los atajos. No existe un camino fácil. No esperes por la inspiración, que sí existe pero debe encontrarte trabajando (esta frase se suele atribuir a Picasso). Trabaja duro, pero tómate tu tiempo. Los lectores notan cuando un libro se hizo a las apuradas. Ellos te darán lo más valioso que tienen: su tiempo. Tú al menos intenta darles el mejor trabajo que puedas. 

5. Edita y reedita. Elimina de tu texto todo lo que no aporte valor. Al editar, busca los errores con saña, como si lo hubiese escrito tu enemigo. No seas condescendiente contigo mismo. Al leer cada frase, pregúntate si esa es la mejor forma que tienes para expresar esa idea o información. No seas flojo. No te conformes con tu primera versión. Busca alternativas. Imprime el texto para editarlo, de ese modo se suelen encontrar más errores. Abandona el borrador unos días y luego vuelve a revisarlo. Pídele a amigos y a colegas que lo lean. Ellos verán los detalles que a ti se te escapen. Sigue editando. Recuerda que escribir es reescribir. 

6. Menos es más. Ten presente esta frase de Ernest Hemingway. No quiere decir que escribas menos, sino que si logras decir lo mismo con menos palabras, estas tendrán un impacto mayor. Los periodistas estamos acostumbrados a narrar hechos; sin embargo, para sintetizar es útil pensar en conceptos y en ideas. También ayuda utilizar la voz de autor. Deja fluir la prosa, pero detente un momento e intenta pensar en la idea que quieres transmitir, en cuál será el eje narrativo de tu texto. 

Piensa en tu trabajo como en un iceberg, de los que solo el 10% sale a la superficie, pero todo lo demás es la estructura que permite verlo. Con las buenas investigaciones ocurre lo mismo. Obtendrás mucha información. Realizarás entrevistas de las que no publicarás una línea. Tendrás conversaciones off the record. Leerás diarios y libros que no citarás. Todo esto te dará mayor entendimiento sobre lo que vayas a escribir y te permitirá acceder a más y mejor información. Finalmente, solo publicarás el 10% más valioso de todo lo que obtengas. Pero cuanto más sólida sea la información que consigas —la estructura de tu iceberg—, mejor será aquello que salga a la luz.

7. Seduce. Incorpora el concepto de seducción a tu escritura. Debes seducir al lector con tu prosa para mantener su atención. Tu texto debe ser capaz de sorprender, conmover, divertir. Hoy existen demasiadas distracciones: películas, series, videojuegos, WhatsApp y hasta redes sociales con algoritmos diseñados para retenerte. Debes escribir un texto que, durante algunas horas, haga que tu lector olvide todo eso. 

8. Sal de las trincheras del periodismo. Si fuiste a la universidad o a alguna escuela de comunicación, por un momento olvídate de los géneros periodísticos que te enseñaron. Está bien aprenderlos para estructurar el conocimiento, pero no pienses en ellos como en sagradas escrituras, sino como herramientas. Toma todo lo que hayas aprendido sobre crónica, reportaje, entrevista, ensayo, etcétera y utilízalo para contar tu historia lo mejor que puedas. 

Y si tienes formación literaria, por favor, los recursos narrativos son herramientas para decir mejor las cosas. No los utilices como ornamentos. Así como en una casa con demasiados muebles es incómodo caminar, un texto demasiado ornamentado es difícil de leer. Intenta siempre ser claro y eficiente. 

Escribe el libro que te gustaría leer. Busca tu propia voz. 

9. Lee. Lee otras investigaciones. No lo hagas solo por placer, sino intentando aprender todo lo que puedas de cada texto que llegue a tus manos. Lee a los maestros: a Rodolfo Walsh, a Gay Talese, a Truman Capote, a Ryszard Kapuscinski, a Stefan Zweig. Róbales oficio. Busca tus propios autores de cabecera (leer el primer párrafo de un libro suele ser efectivo para saber si es para ti). Lee también libros de ficción. Subraya todo aquello que llame tu atención, ya sea por su estilo o porque te conmueva. Toma notas. Relee esos fragmentos y, si lo vale, el libro entero. 

10. Sé independiente de ti mismo. Quizás admires a la persona de la que escribes. O tal vez tu corazón esté de un lado del conflicto que cuentas. Eso es normal, pero no debe ser una excusa para omitir sus matices, contradicciones, excesos y errores. La vida tiene sus grises y, si eres sincero, tu libro, la causa o la persona que retrates, los tendrá. Si no lo haces, no estarás escribiendo un libro honesto.

11. No escribas nada que no le dirías a esa persona de frente. Esta frase la escuché de un periodista uruguayo llamado Marcelo Jelen (a él se la había dicho otro colega, no recuerdo cuál). No juzgues. Ten presente que posiblemente muchas veces estarás intentando comprender las luchas de una persona, muchas veces sin la presura del momento que estás retratando y seguramente sin toda la información. En su lugar, intenta entender sus motivos y sus decisiones, aunque hayan sido equivocadas. 

12. Acepta que no ganarás dinero con tus libros. Por supuesto, tal vez lo hagas. Unos pocos lo hacen, pero lo más probable es que no. No hay recetas mágicas que garanticen el éxito e, incluso si lo tienes, si dedicaste el tiempo suficiente para que tu libro sea bueno, cuando calcules lo que hayas cobrado por cada hora que dedicaste, no habrá sido ni un salario mínimo. 

Espero que estos consejos te sean útiles. Trabaja duro y que tengas suerte. 


Imagen de Jessica Ruscello en Unsplash, con licencia Creative Commons.