Los errores lingüísticos más comunes que cometen los periodistas al cubrir zonas de conflicto

par vgimenez
30 oct 2018 dans Temas especializados

El uso de “eufemismos corrosivos” que alteran el significado real de las cosas, palabras que no se corresponden con la realidad y que por el contrario, “están orientadas a defender intereses”, vocablos que “reflejan miedo”.

Varios periodistas dedicados a la cobertura de zonas de conflicto y expertos en el lenguaje identificaron estos como algunos de los errores que a diario cometen los medios y los reporteros a la hora de cubrir enfrentamientos armados, el terrorismo, la mafia y el narcotráfico.

“Se habla de guerra contra el narcotráfico, pero realmente no se lucha contra el narcotráfico: es un genocidio”, dijo la periodista especializada en Ciudad Juárez (México) Judith Torrea, en el VI Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, organizado por Fundéu-BBVA y la Fundación San Millán.

¿Son las palabras inocentes? ¿Tienen intencionalidad? ¿Se debe conocer el alcance de lo dicho? Los ponentes de una de las mesas redondas del seminario -que se llevó a cabo entre el 28 y el 30 de setiembre y fue transmitido por Twitter- remarcaron la preocupante tendencia de los medios de “edulcorar” la realidad con “eufemismos”.

Torrea criticó además el uso de las palabras que utilizan los medios de su país para relatar lo que sucede en esa zona de conflicto. Dijo que “el discurso oficial” en México “no se corresponde con la realidad de Ciudad Juárez” y opinó que “las informaciones oficiales” allí “están orientadas a defender intereses”.

En tanto, el corresponsal de guerra de La Vanguardia, Plácif García-Planas, aseguró que para realizar buenas coberturas en conflictos bélicos es necesario “seleccionar bien las palabras que mejor transmitan” lo que se ve en una guerra, es decir, “el dolor”.

“Un día me encontré en una guerra con un bolígrafo y un papel para escribir y describir el dolor (…) La narrativa bélica suele ser víctima de un patetismo romántico que no es eficaz para transmitir el drama”, opinó el periodista.

García-Planas admitió que “puede parecer insensible” si un corresponsal de guerra transmite toda la realidad de un conflicto, pero de todas maneras opinó que se debería relatar con “las palabras adecuadas”.

Para la corresponsal de guerra Rosa María Calaf, “la elección del léxico configura un modo de contar algo determinado” y por eso advirtió que “las palabras informan por lo que dicen, pero no hay que olvidar que también lo hacen por lo que no dicen”.

Calaf también criticó a sus colegas porque cada vez más “no sirven a lo que realmente es el periodismo”, por lo que pidió a los profesionales que busquen las palabras adecuadas.

Por su parte, el sociolingüista y autor del libro de estilo de Canal Sur, Luis Carlos Díaz Salgado, opinó que el uso de “eufemismos corrosivos” por parte de los medios “es poco compatible con las tareas informativas”, en la medida de que “entorpecen más de lo que aclaran”.

Hacer referencia a alguien “mayor” en vez de “viejo”, de un “club de citas” para hablar de un “prostíbulo” o de un “hombre fuerte” para referirse a un “dictador” fueron algunos de los ejemplos mencionados por el experto.

“El uso del eufemismo puede ser peligroso puesto que oculta o transforma la realidad”, dijo Díaz Salgado.

El periodista Rafael Jorba, en tanto, opinó que aún hoy “muchos periodistas y medios disparan las palabras que reflejan miedo a los otros”. “A menudo la tentación del periodismo es deformar la realidad más que reconstruir la imagen (…) Los periodistas no deben alimentar la ola mediática, sino nada contra la corriente”, dijo Jorba.

“La comunicación profesional no puede descuidar que se trata de un ‘te presto mis ojos’ con una visión amplia y de conjunto”, concluyó.