¿La viralización de la verdad le puede ganar la carrera a la desinformación?

parLuis Fernando Cascante28 juin 2023 dans Lucha contra la desinformación
Hombre con movil

Pocas cosas pueden resultar más frustrantes para el periodismo que ver informaciones falsas viralizándose y no tener el mismo éxito al desmentirlas.

Este es uno de los temas que se profundizaron en el seminario online “Cómo se difunde la desinformación y cómo podemos hacer que la verdad se viralice”, que formó parte de la Conferencia Mundial Empowering the Truth, del programa Disarming Information.

La ponencia, que fue transmitida en vivo el pasado 16 de febrero, estuvo a cargo de Tamoa Calzadilla, gerente editorial de Factchequeado, una iniciativa de hispanos en Estados Unidos para contrarrestar la desinformación que se propaga en ese país.

Calzadilla está convencida de que no se puede viralizar la verdad sin asociarse con otros medios y crear redes.

“Factchequeado nace para construir una alianza. Tenemos 33 partners en todos los Estados Unidos y en Puerto Rico. No podemos competir entre los que queremos decir la verdad. Cuando tenemos un contenido valioso que permite contrarrestar información falsa, lo compartimos”, comentó Calzadilla.

¿Atacar la desinformación cuando ya es viral o antes para evitar que se viralice?

Una de las principales disyuntivas entre factcheckers es la de combatir la desinformación para evitar que se viralice o entrar en escena cuando ya “el daño se hizo”. Calzadilla apuesta por lo segundo.

De acuerdo con la periodista, en Factchequeado prefieren responder a la viralidad.

“Cuando nosotros hacemos la nota es porque el mal ya está hecho. Otros factcheckers dicen que es mejor hacerlo antes de que se viralice, pero nosotros no queremos ser los responsables de viralizar (un contenido falso)”, agregó.

La única excepción la hacen cuando la desinformación es sobre temas que atentan contra la salud pública, como el rumor en redes sociales de que el poliovirus se encontraba en las aguas que salían del grifo en Nueva York.

“La gente empezó a decir que el virus estaría en el agua de chorro, así no iban a querer bañarse. En este caso, cuando vemos que hay un tema que atenta contra la salud no esperamos a que sea demasiado viral. Con los retos de TikTok también tratamos de advertir”, comentó.

Ir a donde se produce la desinformación

De acuerdo con First Draft, el ciclo de la desinformación inicia, por lo general, en una web anónima. En segundo lugar, este contenido llega a canales cerrados como grupos de Facebook, luego a comunidades de conspiracionistas que posteriormente difunden abiertamente por redes sociales.

El último escalón de viralización de contenido falso pasa por los medios de comunicación, que, a criterio de Calzadilla, publican irresponsablemente sobre lo popular que se ha vuelto un rumor en lugar de dedicarse a averiguar su veracidad.

Es por este tipo de situaciones que Factchequeado también abre sus puertas para entrenar a periodistas que quieran aprender sobre técnicas de verificación de datos, fotografías, y cualquier hecho que pueda moldear a la opinión pública.

La premisa de la editora de Factchequeado es que la verdad debe llevarse al mismo terreno donde se está esparciendo la mentira. Si los bulos se propagan a través de redes sociales como WhatsApp en el típico chat de tías, ¿por qué quedarse nada más con las notas en el sitio web, Twitter y Facebook? Si un tiktoker famoso difunde información falsa sobre el uso de medicamentos, ¿por qué no responderle con un dúo en esa misma plataforma?

Construir credibilidad; mostrar los matices

“El medio debe tener una política de corrección”, dice Calzadilla. Explica que si el periodista o el medio cometen un error, debe quedar constancia de esto y enmendar.

También los periodistas deberán matizar, no todo es blanco o negro. “Si hay algo que desinforma pero tiene algo cierto, hay que contárselo a la audiencia”, afirma. Un formato amigable para hacer esto es el de los artículos explicativos.

“También hay veces que algunas noticias que pueden ser falsas al final son ciertas, eso también hay que decirlo para construir credibilidad. Hay que estar ahí donde hay necesidades de información”, concluyó la periodista.

Puedes ver el seminario online completo aquí:

 

 

Desarmar la desinformación es un programa dirigido por el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) con financiación de la Fundación Scripps Howard, organización afiliada al Fondo Scripps Howard, que apoya los esfuerzos benéficos de The E.W. Scripps Company. El proyecto, de tres años de duración, capacitará a periodistas y estudiantes de periodismo para luchar contra la desinformación.

Imagen de charlesdeluvio en Unsplash.