El sitio de verificación (o fact-checking) Snopes.com fue inaugurado en la década de 1990, y por más que fue hace mucho tiempo atrás en la historia de Internet, ha sido un ejemplo de éxito orgánico en la web. Sin haberse promocionado a través de canales formales o de pago, ha logrado, sin embargo, preservar su relevancia y crecer en popularidad.
Hablamos con la editora Brooke Binkowski sobre la historia del sitio y su trabajo, así como de su poder de permanencia y planes a futuro mientras asume un papel más periodístico.
Cuéntanos sobre el origen de Snopes
Snopes fue fundado por David Mikkelson, quien se desempeña como editor responsable y también como escritor en el sitio. Lo inauguró porque le encantaba el folklore y las leyendas urbanas, y comenzó a armar una especie de repositorio sobre ellas en la web. Estaba especialmente interesado en saber cómo una historia pasaba de boca en boca, y por qué algunas se mantienen en boga mientras que otras no. Con el tiempo, Snopes se ha convertido en un sitio para desenmascarar rumores.
Snopes está haciendo un giro hacia un enfoque más periodístico y en tiempo real. ¿Por qué?
Porque es algo que se necesita. Las redacciones siguen colapsando por varias razones, y eso es muy peligroso. La gente siempre está ávida de información y, en ausencia de hechos investigados, se difunde información falsa o se desinforma. Intentamos combatir eso tanto como nos sea posible. Personalmente, busco escribir sobre noticias que creo que tienen una posibilidad de terminar como medias verdades o rumores, tratando de pellizcar el problema de raíz, por así decirlo.
Pero también –y aquí es donde Internet está ahora– todo es interactivo; a la gente ya no le gusta el flujo unidireccional de la información como antes. Quieren tiempo real, quieren respuestas y esperan ver a las personas reales que hay detrás de la escritura. Las cosas no son como eran hace 20 años, y eso, en buena medida, está muy bien.
¿Cómo es el proceso de verificación de Snopes?
Hacemos mucha investigación de campo: búsqueda de archivos, ir a las universidades locales, cosas así. Hoy es más fácil hacer ese trabajo que antes, pues todo está online, pero todavía consume mucho tiempo. Algo que me causa gracia es cuando la gente nos envía emails desagradables diciendo que solo somos unos aficionados usando Google. Si ellos usaran Google como dicen que hacemos, encontrarían nuestros antecedentes profesionales.
Soy una ex académica y actualmente soy periodista. Y permanentemente envío solicitudes a través de la Ley por la Libertad de Información, acoso a funcionarios políticos por teléfono y email, voy a la biblioteca a buscar cosas, pido favores, hablo con gente. Lo paso muy bien, pero es un trabajo exhaustivo y agotador.
¿Están trabajando en proyectos fuera de Estados Unidos?
Estoy tratando de ampliar nuestro trabajo a historias sobre América Latina. Hay tanta información errónea sobre México, por ejemplo, que la gente cree todo lo que le dicen. Tomemos el caso del artículo "El Chapo amenaza a ISIS". Se hizo viral y fue levantado e impreso como un hecho. Bueno, rastreamos al tipo que la escribió y dijo: "Sí, lo acabo de inventar”. A mí lo que hizo me pareció fantástico ya que, intencionadamente o no, señaló exactamente lo que está mal con la cobertura de México y los cárteles.
Buena parte del mundo trata a América Latina como una caricatura; una caricatura peligrosa del Tercer Mundo, llena de gente amenazante que tira disparos al aire, que tiene tigres en su casa y que los alimenta con cocaína. Una de las cosas que me molestan sobre cualquier cobertura de la frontera México-Estados Unidos es que tiene que ser "áspera". Espero que podamos romper con esos mitos.
Esta entrevista ha sido editada y condensada.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Kit.