En los últimos dos años el sitio Open Democracy ha preparado a sus periodistas para esconder su credencial de reporteros del medio y atestiguar prácticas contra las mujeres y homosexuales en Latinoamérica.
Diana Cariboni es editora y periodista de Open Democracy y explica por qué el medio decidió acceder a la información a través de este método.
Cariboni afirma que el periodismo encubierto no es la regla aunque lo han usado bastante para desenmascarar operaciones coordinadas internacionalmente que atacan derechos de las personas.
El último reportaje de Open Democracy, publicado en conjunto con las Radioemisoras de la Universidad de Costa Rica, utilizó reporteo encubierto para revelar cómo un grupo de psicólogas da “terapias de conversión” contra la homosexualidad en ese país.
“Nosotros queríamos comprobar que grupos ultraconservadores de Estados Unidos estaban llevando a cabo estas prácticas tanto allí como en otros países. Había informaciones de prensa y testimonios de quienes pasaron por esto. Esas personas nunca mencionan cuáles son los lugares. En esos lugares suelen estar involucradas sus familias. Reportar o denunciar implica exponer a su propia familia. La única manera de probar que esas actividades se estaban llevando a cabo era con periodista encubierta. Lo más fácil era hacerse pasar por las personas y exponernos a esas mal llamadas terapias”, dijo Cariboni.
Para ese reportaje, una periodista se hizo pasar por una mujer casada e involucrada en una relación lésbica extramatrimonial. Luego se comunicó con Enfoque a la Familia – oficina costarricense de Focus on the Family – a través de su sitio web, donde pudo reservar y pagar en dólares una sesión de “terapia” online con una psicóloga cuyos servicios se ofrecen en el mismo portal.
Gracias a este método, los periodistas de Open Democracy e Interferencia pudieron atestiguar en primera fila los consejos de las psicólogas para “salir de la homosexualidad”.
El mismo mecanismo les permitió disfrazarse de una mujer que buscaba realizarse un aborto y acudió al sitio quieroabortarcr.com. El reportaje evidenció como los centros antiaborto de Estados Unidos tienen sus filiales en Latinoamérica que utilizan estos portales para reclutar a estas mujeres vulnerables y convencerles de revertir su decisión.
📢 Hoy publicamos esta dolorosa investigación: Descubrimos cómo personal de salud mental acreditado en EEUU, Costa Rica y Guatemala pretende 'curar' a personas LGBTQ, siguiendo el guión de 3 grupos cristianos de EEUU https://t.co/GFQSMXRlsr
— Diana Cariboni🇦🇷🇺🇾 (@diana_cariboni) November 24, 2021
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Cómo hacerlo
De acuerdo con la editora de Open Democracy, para incurrir en un reporteo encubierto primero se debe tomar consideraciones de protección hacia los periodistas.
“El tema de la protección es importante en el proceso de preparación previo del reporteo. Esto incluye tomar medidas técnicas con el tipo de teléfono que se utiliza, las redes VPN, navegadores como Thor, el tipo de correo que se utiliza y también hay que decidir hasta dónde llegar. Hay límites legales que no podemos cruzar, no podemos falsificar un documento de identidad. Si nos piden eso, ahí fracasa. Hay determinadas cosas que se pueden hacer y otras que no”.
En Open Democracy también se cuenta con un repertorio de preguntas y temas que se trabajan previamente para que los reporteros puedan encontrar salidas si sucede algún evento donde les descubren.
Otro consejo que aporta Cariboni es el de monitorear de cerca, ya sea presencial o por medio de un seguimiento por WhatsApp, la actividad de los reporteros encubiertos.
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Situaciones al borde
Para el periodista de investigación y ganador del Premio Ortega y Gasset 2005 Ernesto Rivera, el reporteo de manera encubierta tiene que hacerse en casos excepcionales cuando ya se agotaron las vías tradicionales.
“A mí lo que me da un poco de desconfianza o de incertidumbre es cuando esto se convierte en un método, para mí debe ser completamente excepcional. Recuerdo el caso de una investigación en Francia sobre un colegio donde se adoctrinaba en el nazismo. Había toda una mampara para que no se escapara esa información. Ahí había un periodista encubierto y logró filtrarse para reportar castigos físicos a menores. Aquí hay elementos a ponderar. Cuando lo leí, le di vueltas al asunto y me pareció que ese caso aplicaba para enviar un reportero encubierto. Yo no sé cuánto tiempo habrán intentado ellos hablar con egresados, pero en este caso parecía correcto”, comentó Rivera.
El periodista considera que, especialmente en televisión, la técnica de infiltrar a un periodista y hacerlo protagonista de la historia resulta espectacular y favorece el show, pero puede alejarse del rigor periodístico.
“En las prácticas profesionales hay que aplicar el criterio de honestidad. Cuando uno empieza a decir que el fin justifica los medios, empieza con una matriz que es éticamente complicada”, comentó.
La editora de Open Democracy considera que el mecanismo de reporteo encubierto debe utilizarse en ocasiones excepcionales, cuando hay imposibilidad de comprobar por una vía directa, lo cual incluye no buscar que las víctimas se expongan denunciando.
Imagen de Tembela Bohle en Pexels.