UP Nairobi brinda una cobertura novedosa de lo que ocurre en la capital de Kenia

por Les Neuhaus
Oct 30, 2018 en Miscellaneous

Imagina que acabas de llegar a una capital del este de África por primera vez en tu vida y quieres saber cuál es la situación cultural. Antes de que te des cuenta, te encuentras con una revista mensual a todo color y gratuita que te informa sobre la escena artística, musical y demás eventos culturales, y que incluye editoriales sobre lo que está sucediendo políticamente en el país.

UP Nairobi es esa revista.

Su nombre es en parte un acrónimo y en parte tiene un doble sentido: Urban Perspective Nairobi y Urban Positive Nairobi ("Perspectiva urbana de Nairobi y Perspectiva positiva de Nairobi"). Hace alusión a la sofisticación de una clase media ascendente de la capital de Kenia lo suficientemente empoderada como para cambiar la narrativa del estereotipo del “africano pobre y necesitado” que abunda en los medios occidentales.

El lanzamiento de la revista llegó después de que la empresa a la que pertenece UP, Mondeas, se asociara con un proyecto de televisión en red de Sudáfrica. Cuando ese contrato terminó, Rand Pearson y su esposa forjaron la idea de UP.

Publicada por primera vez en 2009 por Pearson, el crecimiento de UP Nairobi coincidió con la frágil recuperación de la ciudad tras la violencia post electoral de fines de 2007 y principios de 2008, que dejó un saldo de 1.000 muertos, según varias estimaciones

"La idea era y sigue siendo salirnos del círculo mediático de la ‘África negativa’”, dice Pearson. "Queríamos construir y reflejar una imagen positiva de la ciudad. Irónicamente, Nairobi explotó creativamente después de la violencia. Hemos sobrevivido desde una perspectiva de negocio a través de todo eso, y emergimos como una voz para darle cauce al cambio positivo que salió de esa violencia”.

El staff de UP está compuesto en su totalidad por kenianos. Dos de sus miembros más importantes son Olivia Kidula, editora asociada, y Helen Lang’at, editora digital, ambas nacidas y criadas en Nairobi.

Como muchos periodistas en ciernes, Lang'at se quemó las pestañas blogueando. En estos días, sus responsabilidades en UP son más sustanciales.

“Estamos por relanzar el sitio web”, cuenta. “Nuestro desafío es brindar a los lectores un contenido en el que puedan sumergirse, sea a través de artículos breves y dinámicos o de largo aliento. Actualizamos el contenido todos los días”.

Ella describe a Nairobi como el faro de Kenia, con una penetración en Internet de 32 millones de personas en un país de casi 45 millones, lo que significa que más de dos tercios del país está online. Lang’at también señala que gigantes tecnológicos de Estados Unidos como Microsoft, Google e Intel han “recalado en Nairobi como modo de expandirse hacia África”.

Pero, según Pearson, hay desafíos más grandes que tentar a los lectores.

“Un tema capital con el tenemos que lidiar regularmente es con los cortes de energía”, dice. “He hecho cuentas y perdemos, en promedio, cerca de un mes al año por culpa de ellos. Y nuestro propietario se niega a poner un generador, por ser grande, ruidoso y costoso. Finalmente pusimos uno en casa y eso ayuda un poco. En emergencias o cerca del cierre de la revista llevamos todo allí, nos hacemos un té y trabajamos en la sala de estar”.

La seguridad supone otro problema. Terroristas de la vecina Somalia cometieron un atentado importante en Nairobi durante 2013, pero el staff de UP no deja que eso dicte sus vidas.

El año que viene, sin embargo, los kenianos volverán a votar, y ya hay señales de problemas. La policía golpeó brutalmente a manifestantes de la oposición hace pocas semanas en Nairobi, atrayendo la atención internacional que UP intenta contrarrestar. A Pearson le preocupa otro ciclo electoral turbulento. Sobre todo, dice, desea estabilidad.

“Si se produce otra guerra tribal durante la campaña electoral el próximo año, creo que disminuirán en gran medida nuestras perspectivas de negocio, ya que se recortarán los ingresos por completo", sostiene. "Eso casi nos arruinó en 2008 y las consecuencias se prolongaron por dos años”.

Kidula dicen que todos miran con atención el futuro, pero ella debe concentrase en cada número de la revista. Su tarea es gestionar el flujo de contenidos para diferentes proyectos y asignar tareas a los periodistas, a los freelancers y a los pasantes, en función de la demanda de contenidos.

“Tenemos la reputación de hacer buen periodismo”, dice Kidula. “Mira una revista UP de 2010 o de 2016 y te encontrarás con artículos fantásticos y bien escritos. UP es esencial en la escena de Nairobi. Observamos a la clase media, la criticamos, nos burlamos de ella y demás. A veces hemos estado en el ojo de la tormenta por enojar a la gente con nuestras observaciones descarnadas sobre la vida dentro y fuera de Nairobi”.

UP tampoco le teme a los temas controversiales. Han publicado reportajes acerca de los implantes mamarios en el mercado negro, sobre “violaciones correctivas” que sufrió la comunidad LGTB y sobre la desaparición de un fotógrafo de UP, entre otros.

En última instancia, Pearson y su staff solo quieren seguir sirviendo a los kenianos.

“Lo que más me gusta es cuando nos focalizamos tanto en artículos en profundidad como en la cobertura de las artes, la cultura y la innovación”, dice. "Le mostramos a la comunidad lo que es tendencia. Ese es, si se quiere, nuestro servicio hacia ella”.

Imagen principal: captura de pantalla del ejemplar de octubre de 2015 de UP Nairobi. Imagen secundaria tomada por Sapna Chandaria. Tercera imagen [izquierda a derecha]: Helen Lang'at, Olivia Kidula y Rand Pearson; foto de Sapna Chandaria.