En un mundo abarrotado de podcasts y youtubers, ¿por qué apostar por la producción de libros periodísticos y, más descabellado aún, impresos? En un contexto digital en el cuál todo es tan efímero, explica la periodista y editora Mirelis Morales Tovar, los libros son una forma de dejar registro de nuestro trabajo, de aportar a la construcción de la memoria colectiva y de diversificar nuestras posibilidades de ingresos.
El último 8 de mayo, en el Foro Pamela Howard de Cobertura de Crisis Mundiales del Centro Internacional de Periodistas (ICFJ), Morales dio claves sobre cómo producir libros periodísticos. Periodista, editora y fixer con base en Miami, Morales ha trabajado para medios internacionales como la BBC, y es cofundadora de Re-Escribir, servicios editoriales, proyecto dedicado a la producción de libros.
A partir del libro Caracas 455: memorias de una ciudad perdida, del que Morales fue coordinadora editorial y que reúne 40 crónicas e ilustraciones de dicha ciudad como parte de un ejercicio de memoria colectiva, la periodista compartió sus principales aprendizajes y sugerencias prácticas para llevar adelante la producción de un libro periodístico de manera independiente.
Los primeros pasos: la idea y los auspicios
Los libros periodísticos no tienen que ser solo sobre política o investigación. Caracas 455, por ejemplo, nació de una pregunta que hizo Morales en su Facebook: ¿cuántos lugares ha perdido la ciudad de Caracas? La lista con más de 100 lugares que obtuvo como respuesta fue el inicio de un libro que reconstruye los referentes urbanos de la ciudad y sirve a la diáspora venezolana para reconectarse con sus orígenes.
Con la idea y justificación definida, el siguiente paso es plantear una propuesta inicial que incluya: el público objetivo del libro, un monto aproximado de inversión y de tiraje, además de un índice y cantidad de páginas tentativos. Caracas 455, por ejemplo, inició como un proyecto editorial de 55 crónicas, que costaría US$35.000 e incluiría 1.000 ejemplares para ser distribuidos en Venezuela, Estados Unidos y España.
Luego, toca salir a buscar auspiciadores, una tarea que no es del todo sencilla. Morales escribió al correo de más de 20 empresas importantes de Venezuela, pero solo una se comprometió a financiar el proyecto: Banesco, uno de los bancos más importantes del país. Morales recomienda buscar entidades cuyos objetivos corporativos se relacionen con los objetivos de tu futuro libro, y hacer énfasis en ese aspecto.
Eso sí: Morales sugiere que, al negociar con los auspiciadores, no cedas los derechos del libro. Banesco ya había financiado un proyecto anterior de Morales, el libro digital Caracas en 450. Pero, como el auspiciador retuvo los derechos del libro, no se pudo sacar una segunda edición, esta vez en físico, y comercializarla. Este trabajo previo, de todas maneras, le permitió contar de nuevo con el apoyo de Banesco.
Ser flexibles y creer en tu proyecto
Dos actitudes son cruciales. Primero, creer en tu idea: el propósito y pertinencia del libro será el motor principal cuando haya dificultades (en el caso de Caracas 455, por ejemplo, la poca acogida inicial de anunciantes). Segundo, ser flexibles. Morales explica que “siempre habrá que sacrificar algunas cosas del proyecto original para lograr el objetivo”, sobre todo cuando ajustes tu presupuesto inicial.
Luego de la negociación, Banesco se comprometió a patrocinar el proyecto con US$9.000, que fueron destinados al sueldo de los escritores e ilustradores del libro. En ese sentido, el proyecto tuvo que reducir su tiraje planeado a 500 ejemplares e incluir solo 40 historias, además de excluir de su potencial mercado a España por los costos logísticos de envío. La impresión costaría US$7.400; así que se apostó a un modelo mixto de financiamiento: en este caso, recaudar fondos a través de una preventa.
¿Por qué no utilizar una plataforma de crowdfunding? Según explicó Morales, este tipo de plataformas tienen muchas limitaciones para algunos proyectos. Por ejemplo, están enfocadas a públicos en ciertos países como España, o tienen costos tributarios que reducen significativamente lo recaudado. La preventa, en cambio, les permitió en mes y medio vender 200 ejemplares y US$5.800.
El aspecto más difícil de la preventa, según Morales, fue “vender un sueño, un producto que es solo una idea”. Así que diseñaron un prototipo del libro, para que la gente sepa cómo se verá y se animen a comprarlo con antelación. Otro aspecto clave para el éxito de la preventa fue involucrar a los redactores e ilustradores en el proceso de producción, de manera que se convirtieron también en promotores del proyecto.
Las claves del éxito y enseñanzas finales
El proceso de producir Caracas en 450 y Caracas 455 dejó enseñanzas adicionales. Por ejemplo, apostar por una coordinación compartida. En el primer libro, Morales era la única persona a cargo, mientras que en el segundo se sumó Mariana Cadenas. “Tener dos cabezas tomando decisiones fue fundamental”, dijo la periodista, quien agregó que, cuando surja un obstáculo, más que preocuparte, ocúpate en resolverlo.
Una enseñanza adicional aprendida es apostar por proyectos colectivos, pues contar con varios redactores permitirá acortar los tiempos de ejecución. En el caso del libro Caracas 455, la producción de los textos duró un mes. A esto hay que sumarle, según recomienda Morales, el pensar en grande: por ejemplo, Caracas 450 fue diseñado solo para un formato digital, lo que anuló la futura posibilidad de imprimir el libro.
Por último, Morales hace énfasis en la transparencia con tus auspiciadores: compartir los avances del proyecto y las eventuales dificultades ayuda a generar confianza con los padrinos y madrinas de la preventa de tu proyecto editorial. Por eso es importante ser organizados y exigentes, cuidar los detalles y respetar el cronograma de trabajo en la medida de lo posible.
Puedes ver el seminario online completo aquí:
Si tienes un proyecto de libro en mente, puedes contactar a Mirelis Morales Tovar por teléfono al número +1 7863045172, a los correos moralesmirelis@gmail.com o marianaecadenas@gmail.com, o a través del Instagram de Re-Escribir.
Imagen de Nick Morrison en Unsplash.