Si todas las personas tomamos decisiones basadas en la información que consumimos, resulta vital que esa información esté comprobada. Pero ¿cómo lograrlo frente al creciente contenido que se genera en internet sin una lupa de verificación? Consciente de eso y de que la desinformación ha rebasado al periodismo, el medio mexicano especializado en fact-checking Verificado desarrolló una caja de herramientas que reúne aplicaciones de verificación de contenido multimedia.
Su directora general, Daniela Mendoza, dijo a IJNet que el objetivo de este proyecto es que tanto periodistas como ciudadanos accedan a herramientas digitales de código abierto que les permitan verificar el contenido que generan y consumen evitando acrecentar el alcance que ha obtenido la desinformación.
Con apoyo de Deutsche Welle Akademie, Verificado, cuya sede está en Nuevo León, México, desarrolló este proyecto como parte de una capacitación que recibió Daniela Mendoza en Alfabetización Mediática Informacional (AMI), por lo que además de la caja de herramientas, se creó la plataforma “Verificaula”, que reúne recursos para fact-checking, conformando una comunidad de aprendizaje en verificación.
La Verificaula incluye un buscador de fuentes confiables creado por el equipo de Verificado, resultado de años de trabajo en recopilación de fuentes usadas en su labor periodística en México que decidieron abrir a más periodistas para apoyarlos en el rastreo de fuentes en diversos temas con datos actualizados. Cualquier persona puede solicitar el acceso a la base de datos con previo registro.
Siendo los jóvenes más vulnerables al contenido falso, el equipo de Verificado decidió acercar la caja de herramientas a esta audiencia por lo que primero analizaron sus intereses. De esta manera, crearon guías y tutoriales con un lenguaje común y un tono de comunicación de humor. A la par, lanzaron un concurso sobre el uso de las herramientas que generó interés en personas menores a los 20 años.
La Caja de Herramientas se encuentra dividida en cinco secciones cada una con herramientas focalizadas por temas:
1. Identidades. Encuentra detalles de contactos y perfiles de usuarios activos en las redes sociales.
En esta sección podemos encontrar herramientas como AnyWho, un directorio que permite buscar personas, lugares o empresas con base en sus direcciones, nombres o números de teléfono. Una herramienta similar es This Number, que incluye un directorio telefónico internacional.
2. Imágenes. Verificación de imágenes.
Con herramientas como Jimpl, que revela información EXIF de fotografías digitales; o Foto Forensics, que además analiza errores en imágenes que indican posibles alteraciones.
3. Video. Apps para detectar manipulación en videos.
Incluye opciones como Scene Edit Detection, que determina códigos de tiempo en los que hay cambios de escenario en los videos, o Geo Search Tools, que busca videos subidos a Youtube por lugar y fecha mediante palabras clave.
4. Lugares y geolocalización. Comprobación de hechos desde sus ubicaciones.
En esta sección encontramos herramientas como Mapchecking, que permite calcular el número de personas congregadas en un sitio. También Nasa Earth Observatory, que fue creado para compartir imágenes e información satelital con el público.
5. Web y social media. Verificación de sitios web y herramientas de rastreo en redes sociales.
En este apartado se destaca Twitch Followage Tool, donde es posible ingresar nombres de usuarios de Twitch y obtener una lista completa de los canales que sigue, o Analyzeid, que encuentra otros sitios web propiedad de una misma persona.
Estas herramientas resultan útiles para verificar cualquier contenido multimedia y reducir el tiempo que lleva el proceso de fact-checking. Si bien la mayoría son de acceso libre, la plataforma ofrece varias opciones sobre una misma función, para que los usuarios no limiten el trabajo de verificación con un solo recurso que al ser gratuito puede estar desactualizado.
Retos en el proceso de verificación
El proceso de verificación implica un trabajo meticuloso que no se libera de la complejidad que demanda ciertas etapas. Sobre el tema, Mendoza señaló que una de las fases que lleva más tiempo es el contraste de información, pues exige rigurosidad en la revisión de las fuentes que se utilizan, además de metodología para la recolección de datos.
Mendoza explicó que el método utilizado por Verificado en la etapa de contraste plantea como mínimo contar con tres fuentes confiables e incluir, de ser necesario, solicitudes de transparencia.
Determinar qué verificar resulta ser otra de las etapas complejas en el proceso de verificación. Consiste en salir de la “burbuja” en la que cada persona se encuentra: temas y contenidos limitados por el contexto que nos rodea y que no necesariamente es el mismo para el resto de las personas. “Al final del día, con el uso de las redes sociales, todos estamos en nuestro propio filtro burbuja, que es lo que buscamos y lo que leemos”.
Una vez que se rompe esa burbuja, los periodistas deben de elegir el contenido a verificar enfrentando un dilema: o seleccionan el contenido con poco alcance pero potencialmente dañino por su nivel de desinformación, o se evita darle una mayor visibilidad al seleccionarlo.
Para enfrentar este dilema, Mendoza destaca la importancia de dedicar más tiempo al proceso de investigación. Esto dará a los fact-checkers mayores elementos al momento de tomar la decisión sobre el contenido que se verificará.
Imagen cortesía de Verificado México.
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