Desde 2007 el veterano periodista de tecnología Paul Gillin ha seguido de cerca la desaparición de los periódicos en Estados Unidos y destacado los que tienen éxito en el sitio web Newspaper Death Watch.
En sólo el último mes, el sitio de Gillin informó sobre la desaparición del Bay Area News Group, que consolidó 11 diarios en dos publicaciones para sobrevivir, eliminando alrededor de 120 puestos de trabajo. Estas son sólo unas de las tantas bajas que se dan en la industria mientras los periódicos impresos buscan adaptarse a la era digital.
IJNet conversó con Gillin sobre los problemas actuales de las publicaciones impresas, la evolución de los modelos de negocio y si la vida de los periódicos está en juego.
IJNet: ¿Qué tipo de periódicos han fallado?
Paul Gillin: Los periódicos regionales, especialmente aquellos que se publican con menos frecuencia, han sido las publicaciones más afectadas. Cientos de semanarios han fracasado en los últimos tres años. Que yo sepa no existe una cifra exacta.
Los periódicos locales pequeños son más vulnerables a la competencia de los blogueros y los llamados periodistas ciudadanos, muchos de los cuales operan online con una pequeña fracción del costo de la edición impresa.
Ciertas publicaciones especializadas también han sido duramente golpeadas por la capacidad de publicar contenido más rápidamente en Internet y la estructura de bajo costo. Los principales diarios metropolitanos han demostrado ser los más resistentes, pero incluso ellos están viendo sus ingresos por publicidad disminuir de 5 a 10% anualmente. Eso no puede continuar para siempre.
IJNet: Teniendo en cuenta las últimas “muertes” de periódicos, ¿qué tendencias observa?
PG: El año 2009 marcó un hito para la industria. En ese año el Seattle Post-Intelligencer y Rocky Mountain News, ambos con más de 100 años de edad, dejaron de existir a una velocidad escalofriante (...). Eso fue un llamado de atención para toda la industria.
Los editores se dieron cuenta que la disminución del negocio que habían estado observando durante los últimos tres años era permanente y que tenían que hacer ajustes radicales en su estructura de costos. Muchos ya han despedido a 40% o más de su personal, redujeron la frecuencia de su publicación, ajustaron el ratio entre páginas publicadas y avisos publicitarios y aumentaron los precios de suscripción para el disminuido número de suscriptores leales que les queda.
Muchos también están cobrando por el acceso a sus sitios web, una estrategia de dudosa sabiduría. En resumen, los periódicos están aprendiendo a vivir dentro de sus posibilidades, pero esto ha requerido una reducción drástica en la cantidad y calidad del servicio que prestan.
IJNet: ¿Cómo fue el cambio de modelo para los periódicos y qué publicaciones han sido exitosas?
PG: The Detroit News y Detroit Free Press crearon un experimento innovador en 2008 que redujo la frecuencia de publicación y la entrega a domicilio, mientras que cada vez se hizo más hincapié en la publicación online (...). The Seattle Post-Intelligencer renació como una publicación online con un personal mucho menor. Por lo que he leído la empresa está luchando pero alcanzando estabilidad financiera.
Los dos diarios que realizaron mejor la transición de la impresión híbrida a modelos online son The Wall Street Journal y el Financial Times (...). Sus lectores, profesionales acomodados, dependen de ellos para obtener información que es vital para su trabajo en los mercados financieros. En otras palabras, su circulación es menos sensible al costo que la de los diarios metropolitanos.
IJNet: ¿Cuál será la salvación del periodismo?
PG: Me entusiasma el trabajo que realiza ProPublica, una organización sin fines de lucro dedicada al periodismo investigativo y que es (financieramente) estable y ha ganado dos premios Pulitzer. California Watch es otro proyecto que ha llamado la atención y que usa un modelo de financiación conjunta que permite a un pequeño pero dedicado grupo de periodistas de investigación hacer su mejor trabajo. También estoy muy impresionado con el trabajo de Sacramento Press, que está tratando de reinventar el modelo de negocios que financia al periodismo.
Dicho esto, no me hago ilusiones. No vamos a tener el mismo tipo de periodismo de investigación sólido de los últimos 30 años, cuando los grandes contratos de publicidad permitían a las organizaciones de prensa el lujo de apoyar a los equipos de periodistas cuyo trabajo no generaba muchos ingresos.
Soy optimista de que los buenos periodistas van a encontrar una manera de practicar su oficio, pero será más difícil hacerlo. La financiación pública y los esfuerzos filantrópicos tienen cierto potencial, pero sus recursos son pequeños. Muchas personas están tratando de encontrar una solución a los problemas del periodismo en este momento y soy optimista de que una gran cantidad de creatividad se está enfocando en el proceso.
Gillin es también escritor, consultor y conferencista sobre medios online. Puedes contactarte con él a través de su correo electrónico paul(arroba)gillin.com u obtener más información aquí.