Entrevista a Alisa Sopova: lecciones sobre el estado del periodismo en Ucrania

por Sam Berkhead
Oct 30, 2018 en Temas especializados

Pocos lugares sienten más el fenómeno de la desinformación que Ucrania, cuyos medios de comunicación han reaccionado a la guerra informativa rusa con su propia cobertura tribalista y emocional del conflicto separatista-nacionalista que se desató en la región de Donbass en 2014. Como resultado, las historias de 3,5 millones de civiles atrapados en el fuego cruzado de esta guerra se han perdido o han sido distorsionados en gran medida.

Alisa Sopova, una periodista de Donetsk, ha trabajado para abordar estos problemas durante los últimos cuatro años. Cuando estalló el conflicto en el este de Ucrania, Sopova comenzó a desempeñarse como periodista y productora independiente para medios internacionales. Actualmente es profesora visitante en el Davis Center de la Universidad de Harvard para Estudios de Rusia y Eurasia. Sopova promueve el periodismo equilibrado y objetivo como antídoto contra los hechos distorsionados y la propaganda.

IJNet dialogó con Sopova sobre los medios ucranianos, la lucha contra las noticias falsas, y lo que los periodistas no ucranianos pueden aprender de este país a menudo mal comprendido:

¿Cómo describirías la situación actual de la libertad de prensa en Ucrania?

En mi país hay medios progresistas que lidian con problemas serios como la corrupción y el conflicto en el este. Su audiencia está limitada a las poblaciones urbanas educadas y de clase media. El resto de la población consume medios tradicionales, que en su mayoría se dedican al entretenimiento y empujan narrativas simples, generalmente en favor de los intereses de los grupos empresariales que los controlan.

El conflicto en Donbass ha acarreado un gran desafío para el periodismo ucraniano, y desafortunadamente no estamos manejándolo bien. Sin casi ninguna presión del gobierno, la cobertura del conflicto se volvió rápidamente muy tendenciosa y propagandística. Una de las tendencias más inquietantes es la negativa a cubrir todo lo relacionado con el lado no controlado por el gobierno (etiquetando cualquier intento de hacerlo como traición), y la de centrarse solo en el lado militar del conflicto. El sufrimiento y las violaciones a los derechos humanos que padece la población civil en la zona de conflicto se ignora, y a esas personas se las describe como criaturas sospechosas que podrían estar ayudando al enemigo.

Aun así, hay espacio para medios independientes de buena calidad (Hromadske TV es el ejemplo más famoso). Suelen tener presupuestos limitados y pocas oportunidades de transmisión, porque cubren problemas que muchos niegan.

¿Cómo abordan los medios independientes ucranianos las amenazas que enfrentan?

En general, atraer la atención del público se considera útil. Cuando sus colegas enfrentan amenazas u hostigamiento, los periodistas hablan públicamente en defensa de los demás, cubren ampliamente esos casos, etc. Pero esto puede suceder o no: depende de si el periodista en peligro es del bando político contrario.

Ucrania tiene una red de ONGs de medios bastante desarrollada. Son bastante eficientes monitoreando la libertad de prensa y tomando medidas contra las amenazas. Estamos muy agradecidos con estas ONGs y con las ONGs internacionales que organizan capacitaciones de seguridad y suministran kits de seguridad gratuitos a los periodistas que trabajan en la primera línea del conflicto.

¿Qué crees que los periodistas de fuera de la región pueden aprender de los periodistas ucranianos?

En 2014, muchos periodistas de Ucrania se enfrentaron al peligro real de morir en la guerra en circunstancias alocadas. Sobreviví de milagro varias veces. En los Estados Unidos, veo a mis colegas preocupados porque se sienten en peligro después de que el presidente los mencionara de manera irrespetuosa. Si eres periodista, ¿por qué es un problema que alguien se enoje por lo que escribiste? Cuando las personas hablan sobre los peligros y amenazas que sienten, solo puedo aconsejarles que vayan a un lugar donde las personas vivan realmente en peligro, hablen con ellos y escriban sobre ellos.

¿Cómo trabajan los periodistas ucranianos para superar la crisis de las noticias falsas? StopFake es el ejemplo más obvio para los occidentales, pero ¿puedes hablar sobre cómo tus colegas están utilizando el reporteo sostenido sobre el terreno para combatir la desinformación?

En la mayoría de los casos, los medios de comunicación de Ucrania no pueden contrarrestar la desinformación rusa con algo mejor que su propia información errónea, especialmente cuando cubren los territorios no controlados. En su lugar, toman lo que encuentran en las redes sociales, sin verificar los hechos, lo condimentan con sus propias suposiciones y lo publican. Como resultado, el campo informativo ucraniano está repleto de historias emotivas, a menudo falsas y generalmente bastante absurdas sobre lo que presumiblemente sucede en las repúblicas separatistas.

StopFake está haciendo un buen trabajo refutando noticias falsas de manera analítica, pero no es algo que ayude en esta situación. En la actual crisis de desinformación, los mensajes falsos apelan principalmente a las emociones, no a la lógica, y buscan confirmar lo que el receptor ya cree. Enfrentar esos mensajes con argumentos lógicos no funciona. Los ucranianos no saben la respuesta. Están perdidos y frustrados.

Hay algunos ejemplos positivos de lo que llamas "reporteo sostenido sobre el terreno". Uno es el reciente documental "The Secret Compound", de Hromadske TV. Al investigar casos de detenciones ilegales por parte del servicio especial ucraniano, sus autores hablaron con personas que afirmaron haber estado detenidas ilegalmente y les pidieron que describieran el interior del centro de detención. Luego compararon esas descripciones con la realidad y descubrieron que coincidían, confirmando que esas personas sí habían estado allí. Esta estrategia –verificar las afirmaciones con meticulosas investigaciones, prestar atención a los pequeños detalles y hablar con la gente común– es una buena estrategia que los periodistas ucranianos de medios progresistas suelen emplear.

¿Qué debería suceder para que la cobertura internacional del mundo de habla rusa se aleje de los titulares sensacionalistas y abarque temas que afectan a la gente común?

Sería de gran ayuda que los medios internacionales cooperaran más estrechamente con los periodistas locales y los contrataran, no solo como fixers, sino como autores. Yo trabajé como fixer, y sé muy bien con qué frecuencia los periodistas occidentales vienen a lugares como el este de Ucrania solo para reforzar los puntos de vista que ya tienen. A menudo, dicha cobertura retrata a los locales como criaturas exóticas y hacen caso omiso a los problemas de fondo.

Imagen principal cortesía de Anastasia Taylor-Lind.

Segunda imagen cortesía de Alvaro Ybarra Zavala. Tercera imagen cortesía de Anastasia Taylor-Lind.