El desafío de informar en entornos represivos

por Omar Mohammed
Oct 30, 2018 en Seguridad digital y física

El arresto de dos personas por insultar al presidente John Magufuli en las redes sociales ha profundizado la preocupación de periodistas y analistas de Tanzania de que una atmósfera de miedo y autocensura se esté instalando en las redacciones de todo el país.

En junio pasado, un hombre fue acusado por utilizar lenguaje presuntamente abusivo contra el presidente en la plataforma social WhatsApp. Esto le siguió a otro caso en el que un individuo fue declarado culpable y condenado a tres años de prisión por llamar a Magufuli un "idiota" en Facebook.

Ninguno de los dos detenidos era periodista. Sin embargo, a mediados de julio, el editor en jefe del periódico Mwananchi y uno de sus periodistas fueron interrogados por la policía, después de que el diario publicara una historia sobre los cuerpos policiales.

Debido a este giro de los acontecimientos, los periodistas son reacios a trabajar en historias duras por temor a tener problemas con las autoridades. Mientras tanto, los responsables de los medios juegan a lo seguro para que no les cierren sus publicaciones.

"Estoy limitado en lo que puedo informar. Siento que tengo la responsabilidad de publicar cosas que no alterarán al gobierno", dijo el editor en uno de los periódicos más grandes del país, que pidió el anonimato para poder hablar con franqueza.

Tanzania tiene todo un historial de censura a los medios que las autoridades consideran que han sobrepasado los límites del discurso público aceptable. Aún así, el país está calificado como uno de los mejores de África para ejercer la libertad de prensa, según Freedom House.

El clima empeoró en 2015, cuando el entonces presidente Jakaya Kikwete convirtió en ley un acta sobre delincuencia informática, que hacía ilegal compartir contenido online considerado "falso, engañoso, inexacto o poco preciso". La Ley de Estadística fue promulgada al mismo tiempo.

El gobierno de Kikwete defendió ambas leyes, diciendo que habían sido reglamentadas para proteger al país contra el uso erróneo de los datos y las nuevas amenazas que supone la conducta ilegal online. Pero los críticos dicen que se ha tipificado como delito el uso de datos no admitidos por la Oficina Nacional de Estadísticas, y que las dos leyes juntas parecen centrarse más en vigilar el discurso que en combatir el crimen.

Erick Kabendera, periodista de investigación del East African, asegura que los periodistas están retrayéndose.

"Todos están preocupados de la reacción del gobierno por una historia", dijo. "Y esto conduce inevitablemente a la autocensura".

La opinión pública también parece estar del lado de los periodistas. Una encuesta realizada por la red de investigación Afrobarómetro, llevada a cabo antes de aprobar las leyes contra la prensa de Kikwete, reveló que la mayoría de los encuestados cree que el gobierno no debería tener la capacidad de censurar a los periodistas.

Consejos para periodistas

Kabendera ofreció algunos consejos sobre cómo continuar con el trabajo periodístico en un escenario restrictivo.

"Ejercita la precaución. En las redacciones, debes tener pesos y contrapesos”, dijo.

Acobardarse y autocensurarse no es el camino a seguir, agregó. En lugar de eso, aconsejó a sus colegas ser vigilantes con su trabajo y asegurarse de no darle razones al gobierno para venir tras ellos. "Pero si eres demasiado prudente y te preocupas mucho por el gobierno, no vas a poder hacer nada", dijo. "Solo terminarás con una publicación con historias sin impacto alguno".

Fausta Musokwa, un analista de una organización que financia el periodismo de investigación de Tanzania, dijo que es tiempo de que los periodistas informen y eduquen al público, y consigan que se comprometan con las consecuencias de las leyes de censura.

"En general, nuestros periodistas no son tan críticos como podrían ser, y se trata de otra oportunidad perdida para cubrir el tema con firmeza", afirmó. "Hay espacio para informar sobre la ley sin que sea una lucha contra el gobierno”.

"La Ley de Estadística es una forma que el gobierno tiene para decir que los periodistas están siendo irresponsable con los datos", añadió. "Le corresponde a los periodistas demostrar que no es así”.

Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Marco Bernardini.