Ser fotoperiodista freelance puede tener varias ventajas: controlas tus horarios, puedes desarrollar proyectos a largo plazo de forma independiente y enfocarte en proyectos que te apasionan. Todo eso te dará una gran sensación de libertad. Pero también comporta varios desafíos: las presiones financieras y emocionales que implican trabajar a solas pueden hacer que los periodistas lo piensen dos veces antes de entrar en la industria de ese modo.
Tras vivir todos esos retos en carne propia, la fotoperiodista Adriane Ohanesian se las ha arreglado de todas maneras para cosechar premios y reconocimientos por su trabajo en países de alto riesgo como Sudán del Sur, Somalia, Myanmar y Burundi. IJNet dialogó con ella sobre su vida como reportera gráfica.
Los fotoperiodistas jóvenes suelen tener la idea de que para ser exitosos y ganar reconocimiento deben tomarse el siguiente avión a Sudán y documentar guerras y conflictos, camino que tú no tomaste. ¿Cómo se puede evitar ese estereotipo o visión del “fotoperiodista exitoso”?
Creo que es preciso recordar que sin una experiencia adecuada, la capacidad de hacer imágenes de calidad en situaciones intensas va a ser muy pobre. Las imágenes serán exitosas si el tema en cuestión te apasiona.
¿Hay algún tipo de presión asociada a los premios y reconocimientos que has recibido? ¿Cómo permaneces fiel a ti misma y a tu trabajo después de eso?
No trabajo con la intención o el deseo de ganar premios. De hecho, he sentido más presión al darme cuenta de que, debido a esos premios, más gente tiene acceso a mis imágenes.
Se te ha citado diciendo "Siempre guardo la esperanza de que una foto despierte una reflexión, una toma de conciencia o una acción que podría ayudar a cambiar una situación para mejor". ¿Cómo lidias con situaciones que documentas una y otra vez y en las que nada cambia?
Las cosas siempre cambian, y ninguna situación es la misma de un día a otro. Puede ser frustrante ver a lugares o comunidades retroceder, pero es mi trabajo documentarlo y compartir esa información.
Si estuvieras en la posición de hacer más para resolver la crisis en Darfur, aparte de tomar fotografías, ¿qué harías?
No creo que las cosas sean tan simples. Debemos recordar que podemos hacer pequeñas cosas para contribuir a la paz en Sudán. Trabajar con refugiados sudaneses en sus propias comunidades, patrocinar a un niño sudanés para que vaya a la escuela; todos estamos en posición de poder contribuir a la resolución de los problemas.
¿Cómo te las arreglas para mantenerte emocionalmente estable, considerando el conflicto en sí y las demandas financieras de tu trabajo?
Pienso que algunas personas están hechas para ciertos tipos de trabajo. No creo que haya encontrado un perfecto equilibrio entre el trabajo y mi vida, pero estoy tratando de disfrutar del tiempo que tengo cuando no trabajo en lugar de pensar recurrentemente en él.
¿Seguirás siendo freelancer?
Estoy disfrutando el lugar en el que estoy y siempre estoy tratando de mejorar, así que ¡espero que sí!
Imágenes cortesía de Adriane Ohanesian.