Ni siquiera los corresponsales extranjeros más experimentados conocen todos los idiomas y dialectos de los países y regiones desde los que informan, y con frecuencia suelen necesitar la asistencia de un intérprete para hacer una entrevista.
Sin embargo, esas entrevistas pueden resultar complicadas, especialmente para los periodistas novatos. IJNet pidió a corresponsales extranjeros que compartieran sus consejos y experiencias sobre el tema:
Sé consciente de la relación entre tu fuente y el intérprete
“El problema más complejo que he tenido con los intérpretes”, dice Didem Tali, freelancer especializada en desarrollo y cuestiones de género, “es que la abrumadora mayoría de los traductores en el ‘Sur global’ son hombres. Cuando estás cubriendo temas como violencia sexual, matrimonio infantil y los problemas de las mujeres sirias, las fuentes se sienten algo incómodas al hablar ante un intérprete masculino”.
Tali, que trabaja para medios como Al Jazeera, Vice y la Fundación Thomson Reuters, intenta por lo general encontrar un traductor que sea parte de la comunidad de la que proviene su fuente, o se basa en recomendaciones boca a boca. Cuando se trata de historias complicadas y traumáticas, siempre se lo dice a su intérprete para que sea consciente de la naturaleza sensible de los temas que se abordarán.
A lo largo de la entrevista, presta mucha atención al lenguaje corporal entre la fuente y el intérprete para tener una idea de si la fuente se siente incómoda o si hay alguna tensión en aumento.
Usa al intérprete para establecer una conexión con tu fuente
Con un intermediario presente puede ser más difícil forjar relaciones de confianza con las fuentes.
Guillaume Lavallée, ex corresponsal de Agence France-Presse en África y Medio Oriente y ahora profesor de periodismo de la Universidad de Quebec, en Montreal, opina que los intérpretes pueden ser un puente cultural entre fuentes y periodistas.
"Hay países donde el intérprete también establecerá un clima de confianza porque la fuente sabrá que esa persona habla su idioma y viene del mismo país", señala.
Matthew Shaer, corresponsal freelance para revistas como New York Times, Smithsonian Magazine y The Atlantic, recomienda disponer de tiempo suficiente para tener una charla amistosa previa, fumar un cigarrillo o tomar un café para que la persona se sienta más cómoda.
Tali cree en la amabilidad, los pequeños elogios y los buenos modales.
Si dispones de tiempo, verifica la traducción
A veces los intérpretes omiten matices en su traducción por muchas razones. Puede ser porque están tratando de resumir la respuesta de la fuente, porque esta habló durante un largo tiempo, o simplemente porque creen que están ayudando a facilitar tu trabajo.
Lavallée, sin embargo, también se ha encontrado con intérpretes que le dieron su punto de vista y no el de la fuente.
“El intérprete te contará lo que piensa y te dirá ‘Sí, sí, aquí todo el mundo piensa de este modo’. Cuando luego le preguntes si la fuente dijo eso, responderá ‘En realidad no, pero todo el mundo aquí piensa así'".
Shaer también ha tenido, en ocasiones, la sensación de que está recibiendo la opinión del intérprete y no de la fuente.
Para asegurarse de que contaba con las traducciones más exactas posible mientras trabajaba en el extranjero, Lavallée revisaba las transcripciones cuando disponía de tiempo. También grababa la entrevista y la enviaba a una tercera persona para traducirla palabra por palabra, o se sentaba con el intérprete después de la entrevista, repasando la grabación para obtener sus matices y detalles.
Pero cuando no cuentan con tiempo, los periodistas tienen que confiar en que su intérprete está haciendo un buen trabajo. Conocer los conceptos básicos del idioma en el que se realiza la entrevista puede ayudar a detectar pequeñas porciones que quedaron fuera de la traducción.
Para Tali, no hay una solución milagrosa. A ella le gusta insistirle a su intérprete para que diga más cuando siente que algo falta, pero señala que, sobre todo, “tienes que confiar en tu intuición acerca de qué tan exacto está siendo el intérprete”.
Prepárate para tener una entrevista más ardua de lo normal
“El mayor problema es la lentitud”, dice Shaer. “Con la traducción, introduces un pequeño retraso que dificulta la conexión con el tema porque la comunicación no es tan rápida; no se comunica tan de cerca”.
La falta de espontaneidad durante una entrevista con un intérprete puede ser un obstáculo para capturar la voz de la fuente. Shaer suele sentir que las fuentes terminan hablando en “bloques extraños de texto que no son consistentes con el lenguaje oral natural”.
Lavallée también ha tenido intérpretes que interrumpen a la fuente para comenzar a traducir, cortando a veces su tren de pensamiento.
Lo contrario también puede ocurrir cuando las fuentes comienzan a perder el hilo de la conversación. Lavallée recomienda replantear la charla y volver al tema sin cerrarse a otras posibilidades, para permitir que la conversación se desarrolle lo más naturalmente posible.
El mayor acceso a Internet permite una mayor comunicación
Según Lavallée, mantener el contacto con las fuentes hoy es más fácil gracias a un mayor acceso a Internet, especialmente en comparación al momento en el que solo podían intercambiarse números de teléfono, con llamadas costosas de larga distancia. Algunas fuentes hoy lo agregan a Facebook y le dan “me gusta” a sus fotos.
Tali uses su herramienta favorita: Google Translate. “Puede que sea un cliché, y algunas de las oraciones suenen torpes, pero casi siempre te llevan a la idea principal”.
Shaer ha descubierto que muchas personas en el mundo pueden escribir algo en inglés, aunque sea algunas palabras.
Aplicaciones como Signal, WhatsApp y Facebook también han facilitado las cosas.
"Prácticamente no he encontrado ninguna fuente que no tuviera por lo menos acceso a Facebook", dice Shaer.
¿Tienes alguna observación o consejo útil para dar respecto de las entrevistas mediadas por intérpretes? Cuéntanoslo en la comunidad de IJNet en Slack o nuestro grupo de Facebook.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Heinrich-Böll-Stiftung.