Cómo Metrography busca llevar al fotoperiodismo iraquí a la vanguardia

por Abbey Adkison
Oct 30, 2018 en Periodismo multimedia

Los fotógrafos Stefano Carini (30) y Sebastian Meyer (35) son parte de Metrography, el primer colectivo iraquí de fotoperiodistas. Meyer cofundó Metrography en 2009 y Carini es el editor en jefe del colectivo.

Ambos reunieron a un grupo de talentosos fotógrafos iraquíes y los entrenaron con profesionales y editores de publicaciones importantes (como National Geographic), para así llenar la falta de aprendizaje que dejó más de 30 años de dictadura en Iraq. Desde entonces, la agencia ha hecho trabajos para Vanity Fair, The Washington Post, NPR, Monocle y muchos otros medios.

Carini y Meyer hablaron con Columbia Visuals sobre Metrography, y sobre el desafío de obtener imágenes únicas y de lograr sus objetivos personales como fotoperiodistas.

Columbia Visuals: ¿Cómo surgió Metrography?

Sebastian Meyer (SM): La idea de la iniciativa era educar a fotógrafos iraquíes, porque eran muy buenos pero no tenían ningún entrenamiento formal. No tenían antecedentes, de manera que trabajaban en el vacío. La intención fue aumentar su capacidad para que el resto del mundo pudiera contar con una mirada interior de Iraq. Ya teníamos la mirada del “forastero”, que es importante, pero había muy poco de la perspectiva de alguien del lugar.

Stefano Carini (SC): Trabajamos con varios fotógrafos iraquíes que salían a capturar imágenes de todo lo que estaba pasando. Al estar con locales, teníamos un mejor acceso, ya que nos quedábamos después de que todo el mundo se había ido. El frente de guerra nunca te dice los costos reales y las consecuencias de la guerra. Es como la guerra misma: desagradable y peligroso. Después de cubrirlo, decidimos enfocarnos en los costos humanos de la guerra.

Hemos estado trabajando en un proyecto sobre los desplazados internos que han entrado en la región de Kurdistán desde principios de 2014. La idea fue utilizar fotógrafos locales de la agencia  -que son parte de los refugiados-, y unirlos al trabajo de escritores de Siria, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Nueva Zelanda.

¿Creen que lo que están haciendo está cambiando el discurso acerca de lo que el público piensa de Irak? ¿Por qué es importante expandir la mirada?

SC: De eso se trata. La gente que llega a Irak para sacar fotos es muy profesional y muy capaz, pero va de un lado a otro del mundo haciendo lo mismo. Nuestra visión sobre Irak es la que tienen los fotógrafos extranjeros sobre este país. Mi idea fue lograr que los fotoperiodistas locales se volvieran mejores y comenzaran a usar su propio lenguaje para enriquecer la visión de un lugar al que solo se accede a través de la mirada extranjera. 

A través de mi experiencia allí en el último año y medio, puedo decir que lo mejor que uno puede hacer es mezclar las dos cosas. Porque el problema de los fotógrafos estrella que son enviados a realizar coberturas en todo el mundo es deben enfrentar situaciones son complejas y que tienen varias capas. Si estás allí solo por unos pocos días y no tienes un conocimiento muy profundo del lugar, del idioma y de otras cuestiones, corres el riesgo de simplificar demasiado y mostrarle al mundo solo testimonios superficiales.

¿Hay publicaciones que les encarguen trabajo o en cambio compran los trabajos ya hechos?

SM: Mitad y mitad. Antes de la guerra con ISIS, la mayoría de los medios nos encargaban trabajos. Los editores prefieren que la historia sea el resultado de sus ideas: si les das una idea ya terminada, no tienen control sobre ella y no les atrae tanto. Hasta 2014 trabajamos por encargo.

SC: Lo interesante es que las mejores historias que produjimos fueron aquellas que no fueron encargos. No hay comparación entre lo que produjimos nosotros mismos y vendimos con lo que nos encargaron. Los encargos fueron, para nosotros, casi irrelevantes. Fue una buena práctica para los fotógrafos y una fuente de ingresos; un trabajo. Pero en términos de historias, lo que las publicaciones querían, en comparación a lo que nosotros estábamos viendo, reflejaba que los medios no captaban el sentido de lo que estaba ocurriendo aquí.

¿Qué consejo le darían a los estudiantes que buscan desempeñarse como corresponsales y fotógrafos?

SC: Los estudiantes tienen expectativas e ideales, como los encarnados por personas como James Nachtwey. Pero ese tipo de carrera y ese tipo de persona ya no son posibles. No son sustentables financieramente; ya no existen. Y esto tiene que saberse. Lo que me parece importante es que los estudiantes y las personas que están empezando esta carrera sepan que es un trabajo muy duro.

Mi sugerencia es que siempre trabajes en lo que te interesa y te conviertas en el mejor en lo que estés haciendo. Si esto supone que debas encontrar otra manera de pagar tus cuentas, te recomiendo que lo hagas. Tendrás la libertad de seguir una historia durante cinco años y hacer lo que quieras con ella, sin que nadie te diga cómo, cuándo y por qué. Esa es una gran diferencia en el acercamiento a la fotografía, en el desarrollo de tu propio lenguaje y en tu entendimiento acerca de tu objeto. Es importante saber por qué te interesa, y luego trabajar en ello.

Por supuesto, recibe encargos, sal a promocionarte, usa Instagram y las redes sociales tanto como puedas. Recuerda que estás aprendiendo un lenguaje: un lenguaje que se está desarrollando mientras lo aprendes. Un lenguaje muy nuevo. Y es importante que le dediques tiempo: cinco años estudiando fotografía en una escuela no son suficientes para eso.

¿Y de qué otra manera se pueden pagar las cuentas?

SC: Estuve en Estambul el año pasado y conocí a varios fotógrafos callejeros. Los fotógrafos callejeros ganan poco. Hacen fotografía comercial y con eso están bien. Tengo una amiga en Italia que paga sus cuentas tomando fotos en casamientos y luego se dedica a sus propios proyectos aparte. Algunos otros, tal vez de mayor renombre, trabajan con grandes fundaciones o a través subvenciones. Pero conseguir eso no es fácil: debes tener mucho talento, suerte, y saber exactamente qué es lo que quieres.

Entiendo la necesidad de ser un fotógrafo profesional y ganarte el pan con eso. Lo respeto. No quiero sugerir que no lo hagas. Para mí lo más importante es hacer un gran trabajo, tan único como sea posible. Ese es mi objetivo, lo que siento que puedo compartir con otros y para lograrlo se necesita tiempo.

SM: Esto es para todos los fotoperiodistas: no se olviden de que el fotoperiodismo se compone de dos palabras. Me parece que muchos fotógrafos creen que este trabajo se trata de estar en el lugar correcto con una cámara y listo. Veo mucha arrogancia en varios jóvenes occidentales que viajan y creen que no deben trabajar más que al apuntar la cámara. Creen que no deben investigar, y eso es lo más básico que debes hacer.

Aprende a escribir: no vas a obtener una beca ni tampoco vas a poder escribir el epígrafe de tu fotografía ni ofrecer una historia si no eres capaz de escribir. Muchos fotógrafos creen que solo necesitan una cámara, y no es así. Debes aprender a escribir, y a escribir bien. Si vas a una escuela de fotografía, concéntrate en la escritura y en el periodismo. ¿Cómo oler una buen reportaje? ¿Qué es un buen reportaje? ¿Cómo se cuenta? ¿Quién es el protagonista? Debes aprender técnicas narrativas.

SC: Estoy totalmente de acuerdo. Debes ser un buen periodista, eso es muy importante. Una buena historia periodística puede estar acompañada por imágenes mediocres, pero al revés no funciona. Las grandes imágenes que se supone deben ser periodísticas, pero no tienen una labor periodística detrás ni una historia que contar, dejan un sinsabor importante. 

SM: Respecto del tema laboral y respondiendo la pregunta de cómo ganar dinero, una parte de mí cree que basta con dominar un área y ser genial. Y otra parte de mí sabe que ser un maestro de la fotografía significa ser un maestro de algo que no te hará ganar dinero.

Si sabes cómo escribir, podrás vender historias escritas. Si sabes cómo filmar, puedes ser contratado para encargos de videoperiodismo que a) son más lucrativos y b) son diez veces más fáciles de conseguir. Hay mucho más apetito por el video. Una posibilidad es que aprendas a filmar y editar videos. Aunque prefieras ser fotógrafo, saber hacer videos te puede hacer ganar algún dinero rápidamente.

Pero en relación a lo que dijo Stefano, haz lo que te apasiona y lo que debas hacer para pagar tus cuentas. Hay ideas románticas sobre la figura del corresponsal extranjero, pero dormir en un sofá rojo de cuero artificial en un edificio de oficinas en una indescriptible ciudad en el Kurdistán iraquí por más de un año no es romántico.

SC: No, no lo es.

¿Y por qué se dedican a esto? ¿Qué tiene de bueno?

SM: La razón es Metrography. ¿Por qué pasarme seis años de mi vida capacitando a fotógrafos iraquíes para que amplíen el conocimiento visual global de una región en guerra? No hay ninguna fotografía, ninguna historia, ningún libro ni ninguna exposición que pueda hacer yo que vaya a tener ese impacto.

SC: Igual para mí. El “por qué” es porque quiero ser parte de una nueva manera de mirar el mundo, las noticias, los problemas o las imágenes. Con “nuevo” no quiero decir “extraordinariamente nuevo”, sino no redundante. No quiero repetir.

Sé que sin mí, algunas historias no habrían salido a la luz, y esa es una buena razón para hacer lo que hago. Sé que el proyecto que estamos por lanzar no existiría, porque nadie más lo hubiera llevado a cabo. Para mí, saber que existen posibilidades de llevar adelante proyectos así es una razón suficiente para dedicarme a lo que me dedico.

SM: Algo destacable del periodismo es que si eres bueno, ético y talentoso, pero si sobre todo tienes una idea que te impulsa, podrás hacerlo.

Este post fue publicado originalmente en Columbia Visuals y es reproducido en IJNet con permiso.

Columbia Visuals es un recurso para periodistas visuales que explora y celebra los aspectos creativos y prácticos del oficio. Es un proyecto del departamento de Medios Digitales de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.

Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Ferran Jordà.