Cómo los periodistas pueden seguir el dinero a través de las criptomonedas

Sep 6, 2024 en Periodismo de investigación
´sadafaf

Las criptomonedas como el Bitcoin pueden ser usadas como una miriada de instrumentos más para ocultar fortunas obtenidas de forma ilícita. Su uso es cada vez más común en una región como América Latina, pues una de sus características es la privacidad ofrecida a sus usuarios, casi un anonimato absoluto.

Seguir el dinero cuando se usan criptomonedas para ocultarlo puede resultar abrumador. Pero existen algunos parámetros básicos a aplicar para un periodista que se encuentre ante este reto.

Según la salvadoreña Claudia Hernández, analista de políticas para Centroamérica de Global Financial Integrity, lo primero es saber usar las fuentes abiertas y, sobre todo, tener un mínimo de conocimiento sobre el Bitcoin y sobre otras criptomonedas, y en concreto, sobre su base, el blockchain, ese registro validado por cientos de usuarios en todo el mundo.

Por ejemplo, es posible acceder al registro histórico de transacciones (con montos, destinos, orígenes, fecha y hora) de una dirección determinada. O se puede hacer lo mismo al identificar una transacción. Para hacerlo, existen webs de acceso libre, como blockchain.com y mempool.space.

Pero quien investiga debe tener respaldo de que determinada dirección le pertenece a esa persona u organización. Una buena herramienta de esto último es consultar listas de autoridades oficiales, como la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos, que incluye a cientos de direcciones vinculadas con delitos ya probados o en vías de investigación.

También se pueden ver otras direcciones sospechosas en sitios como chainabuse.com/reports, en donde se pueden consultar reportes aportados por usuarios privados. Existen organizaciones que también realizan informes anuales de delitos relacionados con criptomonedas, como trmlabs.com o Chainalysis. Por ejemplo, se puede consultar, en inglés, el más reciente reporte de esta última organización, correspondiente a 2024, en este sitio.

Ya con esos dos elementos (dirección y propietario), todo está en saber interpretar lo que ocurre dentro de una transacción.

Un caso para ilustrar

Un ejemplo práctico del que puedo hablar es esta investigación que realicé en torno a una dirección que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, identificó como el repositorio de su “billetera fría”, un espacio en el que depositó BTC5.690 (en ese entonces equivalentes a casi US$407 millones) del supuesto tesoro del Estado salvadoreño en esta criptomoneda.

Desde que se echó a andar la apuesta en septiembre de 2021, ha estado envuelta en un velo de opacidad. Y, a pesar de las millonarias compras de Bitcoin anunciadas por Bukele en su cuenta de X, no es posible corroborarlas, pues no hay acceso a ni una sola factura. Se sospecha que dichas adquisiciones no se han realizado en realidad.

Para la investigación, verifiqué las transacciones de la dirección publicada por Bukele para identificar el origen de los fondos. El hallazgo es que el 80 % de los Bitcoin no provienen del ecosistema de la billetera gubernamental Chivo Wallet, sino de una perteneciente a la empresa Bitfinex, cuyos antecedentes dejan en duda que esos Bitcoin le pertenezcan, en realidad, al Estado salvadoreño.

Bitfinex es dirigida por los italianos Paolo Ardoino y Giancarlo Devasini, que cuentan con una alta influencia en el Gobierno de El Salvador. Incluso participaron en la construcción de la Ley de Emisión de Activos Digitales, aprobada por la Asamblea Legislativa en noviembre de 2022. Su compañía matriz, iFinex, fue señalada en Estados Unidos en 2021 por mentir sobre sus garantías de liquidez. Bitfinex también fue anunciada como la sociedad que se encargaría de la infraestructura de los largamente prometidos Bonos Volcán.

Las transacciones en Bitcoin cuentan, corrientemente, con varias direcciones de origen y varias de recepción. Aquí te muestro cómo se lee una de ellas: la de ID 6005f0d2a6494501f2bdc47ae05de749d5fa08042c28dd7db664ae51344f3904, de BTC5.789. En la imagen, se puede apreciar que hubo 19 envíos, pero solo de dos direcciones distintas, pues los primeros 16 corresponden a una y los últimos tres a otra.

Prácticamente todo lo remitido corresponde a la segunda, pues la primera solo envió US$25. El monto de la segunda es de US$402 millones, es decir BTC5.789. Esta dirección (que comienza 1Kr6…) es la de una billetera de Bitfinex, según la web bitinfocharts.com, de referencia para este tipo de identificaciones. 

Entre las siete que recibieron, a la que le correspondió el monto más grande fue la publicada por Bukele (que comienza con "32ix…"): BTC4.008. Haciendo el mismo ejercicio con todas las transacciones de dicha dirección se pudo establecer que el 80% provenía de Bitfinex.

El otro 20% proviene de la dirección al centro de la billetera gubernamental, Chivo Wallet, a la que se identificó con la siguiente metodología: un reportero realizó transacciones directas con 40 cajeros de la red de Chivo Wallet. Luego, comprobó cada una en la blockchain de Bitcoin. En todos los casos, todas condujeron a la misma dirección. La empresa de análisis del mercado de criptomonedas Elliptic también coloca a esta dirección como el centro del ecosistema de la billetera gubernamental.

Según Claudia Hernández, de Global Financial Integrity, existen patrones que pueden considerarse sospechosos, como que una dirección nueva reciba montos grandes de Bitcoin en un mismo día y realice envíos más pequeños y numerosos hacia otras direcciones.

“Esto, por ejemplo, es una bandera roja, pues esa es una de las etapas del lavado de dinero: la estratificación de los fondos, partir una cantidad grande en varias cantidades pequeñas”, comenta Hernández.

La organización a la que representa la experta también ofrece reportes periódicos, como este enfocado en el caso de El Salvador, publicado en octubre de 2023.


Imagen de Erling Løken Andersen en Unsplash.