El becario de Code para África Johnny Miller está llevando la fotografía literalmente a nuevas alturas.
Sus imágenes aéreas de los vecindarios lujosos de Ciudad del Cabo que conviven junto a barrios marginales devastados por la pobreza es un ejemplo impresionante del impacto de los drones en la innovación periodística.
Las fotos de Miller ponen de relieve una cruda realidad: después de que el apartheid sudafricano terminara oficialmente, la separación entre ricos y pobres, blancos y negros, siguen siendo la norma. Los vecindarios blancos están definidos por comunidades cerradas y paisajes bien cuidados; las zonas negras por chabolas repletas de basura y caminos de tierra.
"Si le muestras estas imágenes a un niño creo que podría elegir en qué lado querría vivir", dijo Miller a la CNN. Las fotos "muestran un punto de vista objetivo con el que es difícil discutir", dijo.
El periodista nacido en Seattle se asoció con la Fundación Thomson Reuters para crear una serie de cuatro partes sobre los vecindarios pobres más grandes del mundo, que se encuentran en Nairobi, Ciudad del Cabo, Mumbai, y Ciudad de México.
El proyecto, llamado “Unequal Scenes”, es el prototipo para un paradigma emergente: los drones están revolucionando el trabajo periodístico y se están convirtiendo en una poderosa herramienta para investigar e informar sobre problemáticas sociales en todo el mundo.
Pero también existen formidables desafíos antes de poder incorporarlos a la profesión. Para comprender los obstáculos, las preocupaciones éticas y los requisitos necesarios para manejar el periodismo drone, IJNet recurrió a Miller; a Kathleen Duncan, editora senior de video del Laboratorio de Innovación y Futuros del Instituto de Reynolds de Periodismo; y a Matthew Borowick, un periodista independiente y piloto de drones de Nueva York.
Respecto a los desafíos para los pilotos, todos estuvieron de acuerdo: el mayor es mantenerse al día con el entorno legal en el que practican el oficio. Quienes manejan drones en los Estados Unidos deben pasar una prueba de la Administración Federal de Aviación (FAA) y obtener un permiso. Los operadores deben ser eficientes en la lectura de mapas del espacio aéreo, informes meteorológicos aeronáuticos y protocolos de seguridad.
"Como periodistas, debemos saber dónde podemos usar drones de manera legal y segura para poder hacer nuestro trabajo sin poner en riesgo a la gente, a rescatistas o a nosotros mismos", dijo Duncan, productor de la serie de videos "Innovation in Focus", que explora métodos, tecnología y herramientas de vanguardia para producir noticias.
Borowick citó las pautas de la FAA para operar drones de manera segura y legal. Entre ellas:
- No vuele a más de 400 pies o a menos de cinco millas de cualquier aeropuerto, público o privado.
- Mantenga su dron a la vista todo el tiempo; eche mano de un observador si se necesita ayuda.
- No vuele en condiciones climáticas adversas, como vientos fuertes o visibilidad reducida.
- No vuele después del anochecer a menos que tenga permiso.
"Es posible conseguir el permiso para volar en esas condiciones, pero por lo general se concede por una sola vez", dijo Borowick. "El proceso de solicitud es largo y cuando se producen noticias de último momento, las regulaciones pueden ser prohibitivas”.
Miller señaló que muchos países africanos requieren permiso de una fuente gubernamental. Las normas se aplican de manera muy laxa, pero “si te atrapan, el castigo es estricto”, dijo. “Se trata de un problema porque una regulación de drones justa y aplicable es vital para que la industria de los drones en el periodismo y en otras áreas florezca”.
La ética también puede ser un obstáculo para los entusiastas de los drones. Además de los valores tradicionales de la profesión propugnada por la Sociedad de Periodistas Profesionales y otras organizaciones de medios, existen preocupaciones adicionales.
El código de ética de la Professional Society of Drone Journalists (PSDJ) aborda la noticiabilidad, la seguridad, el respeto a la ley y los espacios públicos y la privacidad, que es uno de los temas más importantes.
"Con nuestros drones vemos fácilmente lo que hay detrás de las cercas y en los terrenos privados", dijo Duncan. "¿Eso está bien? ¿Estamos respetando la privacidad de nuestra comunidad de la misma manera que lo haríamos con una cámara normal?"
Con el apoyo de Code for Africa, Miller fundó africanDRONE para empoderar a los pilotos de drones y periodistas que utilizan estas tecnologías en África. La sección de ética del sitio web plantea una serie de preguntas: "¿Cuál es tu propósito periodístico? ¿Cómo te ayuda esta herramienta a contar una historia de forma más completa? ¿Harías "eso" si estuvieras filmando con una cámara al hombro? Si decides no mirar por encima de una cerca, dentro de una ventana o ingresar a una propiedad privada, ¿cómo justificarías tomar la misma imagen por el solo hecho de mirar desde el aire?"
Para tener éxito como piloto de drones, Miller cree que es importante dominar la fotografía, la narrativa, la edición, el trabajo de campo, la logística y el pilotaje.
"Es raro que una sola persona combine todas esas habilidades. El mejor periodismo dron que he visto ha sido producido por pequeños equipos", explicó, remitiendo a los lectores a la sección educativa del sitio africanDRONE.
Para Duncan es esencial ser organizado, saber gestionar el tiempo y planificar. Esto incluye investigar dónde se puede volar, planear las tomas, verificar el clima, cargar las baterías con anticipación y chequear la seguridad del dron para evitar choques o fallas en el cielo.
Hay recursos y herramientas de aprendizaje disponibles online. Algunos, como DartDrones y Drone Pilot Ground School, cobran por sus servicios. Sin embargo, el Drone Journalism Lab Operations Manual, fácil de usar, del Colegio de Periodismo y Comunicación de Masas de la Universidad de Nebraska, es una de las numerosas opciones gratuitas. La Red Global de Periodismo de Investigación proporciona una lista maestra de recursos para el periodismo dron.
Cuando Borowick pasó a usar un dron más grande y complicado, estudió videos y tutoriales de YouTube durante horas, tomó notas y luego salió a practicar para mejorar.
Para prepararse para la prueba FAA, recurrió a Remote Pilot 101. "Este sitio web se adaptaba perfectamente a mi estilo de aprendizaje. Tiene mucho contenido de video con tests al final de cada sección”. Después de meses de estudiar, aprobó la prueba de Licencias Comerciales de la FAA.
Para más recursos sobre el periodismo dron, revisa nuestros artículos en IJNet.
Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Ricardo Gomez Angel.