Factcheck.kz: primera iniciativa de fact-checking en Asia Central

Sep 7, 2022 en Cobertura de crisis
Factcheck.kz screenshot

Invasión rusa de Ucrania, protestas en Kazajistán, revolución en Bielorrusia: acontecimientos de esta envergadura conducen a sociedades más polarizadas.

Los periodistas que están detrás del proyecto kazajo Factcheck.kz creen que un mayor esfuerzo por verificar la información puede vencer a la polarización.

Bajos índices de alfabetización mediática

Factcheck.kz es la primera iniciativa de verificación de hechos en Asia Central. Su historia comenzó en 2014, tras la revolución del Euromaidán en Ucrania. El periodista y editor kazajo Adil Jalilov viajó al país para ver por sí mismo lo que estaba sucediendo. Cuando regresó a Kazajistán, le sorprendió la diferente interpretación que la gente hacía de los acontecimientos.

"Todo el mundo se peleaba por el tema. Maidan está muy lejos, pero somos el patio trasero de Rusia, en cierto sentido. Somos muy susceptibles a la propaganda rusa, sobre todo fuera de las grandes ciudades", explica Jalilov.

Al comprender que los bajos índices de alfabetización mediática son un problema en Kazajstán, Jalilov buscó un "faro periodístico": publicar hechos. Se interesó por el fact-checking y supo que era precisamente lo que necesitaba.

"Como periodista de la vieja escuela, el periodismo clásico hoy me parece aburrido. Me gusta mucho más la verificación", dice Jalilov. "Todo el mundo necesita conocimientos básicos de fact-checking. Es como saber lavarse los dientes".

Jalilov trabaja en medios e mediados de los años noventa. Fue director de la publicación en línea "Vlast" y de la plataforma de derechos humanos "Voice of Central Asia". En la actualidad, dirige el centro internacional de periodismo MediaNet y es el fundador y director de Factcheck.kz.

Para lanzar la plataforma, Jalilov se puso en contacto con otras redacciones y con conocidas organizaciones de fact-checking de todo el mundo. A continuación, reunió y formó a un equipo editorial.

"Los mejores expertos en este campo de la antigua Unión Soviética trabajan en Ucrania y Georgia. Elegimos una redacción ucraniana: Stopfake organizó para nosotros una serie de reuniones con su staff", cuenta.

Trabajar sin “protector”

No fue fácil encontrar financiación para Factcheck.kz, pero con la ayuda de la Fundación Soros el proyecto se puso en marcha en marzo de 2017.

"Lo primero que hizo mi equipo fue preguntarse dónde establecemos nuestros límites: quién es intocable en nuestras coberturas. Cualquier periodista postsoviético lo entendería. Yo respondí: 'Intentemos no tenerle miedo de nadie'", explica Jalilov. Me dijeron: '¿Es posible? ¿Tenemos alguna organización que nos proteja de las presiones externas?'. La respuesta era no, pero nos unimos a alguna organización de verificación internacional.

La International Fact-Checking Network (IFCN) está conformada por algunas de las mejores fact-checking del mundo, señala Jalilov. Factcheck.kz es una de ellas, a pesar del peligro que entraña el trabajo en Kazajstán. Los editores reciben cartas y llamadas con amenazas. Durante la pandemia, los antivacunas amenazaron repetidamente con quemar la redacción.

"Lo que digo es que formamos parte de una red que incluye organizaciones de todo el mundo, y todas ellas nos defenderán, incluido el Washington Post", die Jalilov.

Ampliar la audiencia

En su primer año, Factcheck.kz organizó más de una docena de talleres en ciudades de Kazajstán, con un lleno total. También formó a los consejos de redacción de otros países de Asia Central, como Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.

En la actualidad, el proyecto realiza encuestas de opinión, imparte cursos de verificación y organiza sesiones de formación con expertos. El equipo editorial produce libros de texto de alfabetización mediática para jóvenes estudiantes y manuales para profesores. El sitio web presenta artículos que describen su metodología de fact-checking.

"A veces recibo una captura de pantalla de un chat de barrio en el que la gente hace referencia a nuestras publicaciones cuando algún hecho está en disputa", cuenta Jalilov. "Las cámaras baja y alta del Parlamento también son lectores activos. Hace poco descubrimos que los diputados se felicitan entre sí si Factcheck.kz confirma que uno no cometió un error en su discurso".

El tráfico del medio alcanzó su punto máximo durante la pandemia, recibiendo hasta 200.000 visitas diarias. En la actualidad recibe entre 1,5 y 2 millones de visitantes únicos al mes, además de tener casi 30.000 seguidores en Instagram y más de 13.000 en Telegram. La publicación tiene previsto establecer una red con medios asociados más pequeños en Kazajistán para aumentar su número de lectores.

Factcheck.kz está totalmente financiado por donantes no estatales. "No quiero hacerme dependiente; no me ilusiono con nuestro presidente y gobierno autoritarios, bajo los cuales la noción de libertad de expresión ha perdido completamente su valor", dice Jalilov. "Para ellos, los medios son una herramienta de propaganda".

Enfoques para verificar información

Los periodistas deben ser especialmente diligentes cuando trabajan en sociedades polarizadas. La verificación precisa y eficaz de los hechos es especialmente importante en estos entornos.

Por ejemplo, la invasión rusa de Ucrania. "Hicimos una encuesta a través de la oficina de seguimiento de la opinión pública Demoscope y nos sorprendió: cerca del 70% de los kazajos aprueban la guerra. Nos dimos cuenta de que la propaganda rusa ha afectado a la visión del mundo de la gente hasta un grado catastrófico", dice Jalilov.

Para potenciar el trabajo de fact-checking, los periodistas pueden aprender a utilizar mejor los motores de búsqueda para verificar textos, fotos, vídeos y enlaces. "Los buscadores suelen utilizarse solo a la mitad de su potencia. Hay que saber cómo ajustar estos sistemas y usarlos más allá de la búsqueda avanzada. No hay que limitarse a utilizar Google; en algunos casos, Yandex y otros sistemas son de gran ayuda", señala Jalilov.

Los periodistas también pueden aprovechar nuevas herramientas para detectar deepfakes y otros videos manipulados, además de los servicios que miden el alcance y el engagement de la audiencia. Un ejemplo es la herramienta de análisis de contenidos Popsters.

"Imagina que se publica una noticia. Encuentras la cuenta que publicó la noticia por primera vez mediante un motor de búsqueda. Revisas el alcance y el engagement de la cuenta y haces una lista de los posibles suscriptores que difundieron esa información. Puedes ver si se ha hecho de forma artificial comprobando la hora de publicación; por ejemplo, podría ser falsa si varias fuentes la impulsaron a las nueve de la mañana", explica Jalilov.

Se trata de herramientas muy básicas, añade, que aplicadas conjuntamente pueden ser muy eficaces. "Es importante no solo buscar por imagen o video, sino verificar el momento de su publicación. Es importante analizar los metadatos de los archivos multimedia. Es importante saber si se ha utilizado un editor de fotos, y entender la lógica que hay detrás, qué es exactamente lo que se intentaba cambiar".

Por último, utiliza formas sencillas de verificar la información cuando sea posible. "Una vez me preguntaron por un objeto desconocido instalado en el techo de un edificio cercano. Tomé una foto del objeto y realicé una búsqueda de imágenes en Google. Era una estación básica de 5G", dice Jalilov.

"Pusimos de moda al fact-checking"

Respecto de los acontecimientos que tuvieron lugar en Kazajistán en enero de 2022, Jalilov está convencido de que provocaron grandes cambios en el país. Comenzaron con protestas, y luego con violencia callejera que derivó en violencia policial.

"Los sucesos de enero —sangrientos, incomprensibles— cambiaron muchas cosas en el país. Hubo personas tiroteadas; murieron niños que viajaban en coche. Había una niña que tenía siete heridas de bala", recuerda Jalilov.

Pero también ha cambiado algo más fundamental. La gente ya no quiere vivir como antes. Exigen más libertad. Esto supone un reto para los verificadores: los lectores se acercan más con peticiones de verificación de información sobre temas más controvertidos", señala Jalilov. "Consideramos que nuestra misión es garantizar que la lógica triunfe sobre la emoción y que la gente piense con claridad".

Al lanzar Factchek.kz, Jalilov compartió su misión de unir a los hablantes de ruso y kazajo. "Espero que nos convirtamos en un faro, un punto de referencia para muchos medios de comunicación. Si calificamos algo como verdad o como manipulación, la gente confía en nosotros", explica. "Hemos abierto una ventana al mundo civilizado del fact-checking: hemos establecido las normas y lo hemos puesto de moda".


Imagen: captura del sitio web de Factcheck.kz.

Este artículo se publicó originalmente en nuestro sitio web en ruso. Fue traducido al inglés por nuestra traductora de ruso de IJNet, Alexandra Tyan.