Ganar un Ortega y Gasset a pesar del miedo y la persecución en Nicaragua

بواسطة Florencia Pagola
Jun 30, 2022 في Libertad de prensa
sadgag

La noticia de que habían ganado el premio Ortega y Gasset 2022 en categoría multimedia tomó por sorpresa al equipo de Divergentes. Cuando presentaron la investigación periodística “El reto tras la Masacre” a uno de los galardones más prestigiosos del periodismo en español se dijeron que con suerte ganarían una mención de honor, cuenta a IJNet Néstor Arce, director del proyecto y productor multimedia.

Pero el jurado internacional no pensó lo mismo y le otorgó el premio a este especial multimedia que reúne “todo lo exigible al buen periodismo: información, diferentes puntos de vista, numerosas voces y análisis exhaustivo”. También destacó que apunta a una “audiencia plural”, que “integra numerosos formatos”, y que “permite entender la realidad que vive el país centroamericano”.

Una inmensa y grata sorpresa, claro, porque el medio digital nicaragüense es un proyecto muy joven. Divergentes nació en junio de 2020, cuando la pandemia ya hacía estragos en todos los niveles del país, y por supuesto, en la prensa. Se juntó un grupo de periodistas de diversas redacciones de Managua con el impulso de crear algo diferente a lo que estaban haciendo, algo divergente. Coincidieron en que debían hacer un periodismo dinámico, creativo, ágil; pensado para plataformas digitales y para involucrar a la audiencia; y que combine el periodismo de largo aliento con el multimedia.

Sus primeras investigaciones dejaron al descubierto el ocultamiento de datos sobre contagios y muertes por COVID-19 que mantuvo durante la pandemia el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja sandinista que lleva 15 años en el poder.

Divergentes también es hijo de las protestas que comenzaron en abril de 2018 en Nicaragua. Una serie de manifestaciones sociales contra las reformas al sistema de seguro social que quiso implementar el gobierno de Daniel Ortega y que finalmente revocó. Unas manifestaciones callejeras que duraron meses y que el oficialismo, a través de policías y paramilitares, reprimió duramente; tanto que dejó un saldo de 355 asesinados, más de 1.000 presos políticos y casi 200.000 exiliados. La situación es de impunidad total: ninguno de los policías, paramilitares o autores intelectuales de estos hechos han sido juzgados por la justicia nicaragüense o internacional.  

Pero la represión abrumadora también generó un aumento de espacios de discusión, crítica y periodismo en Nicaragua. Según Arce, “muchos colegas crearon perfiles en redes sociales para informar, se crearon sitios web y medios digitales emergentes”. Quienes hoy hacen parte de la redacción de Divergentes cubrían la movilización social y la represión desde los medios en los que trabajaban en ese entonces. Tres años después desarrollaron la investigación que les valdría el Ortega y Gasset, con el desafío de que la masacre ya estaba “contada en caliente” por todos los medios.

El especial cuenta con 12 artículos o videos en los que se le pone nombre, apellido y cargo a los autores intelectuales de la masacre de abril; se relata el duelo que atraviesan en el exilio los familiares de los asesinados; se detallan las 13 fases de la represión estatal, incluida la “Operación Limpieza”; se perfila a los paramilitares y su accionar; se incluye las voces de los excarcelados y de los sobrevivientes de la masacre; y se introducen y explican conceptos como justicia transicional, verdad, memoria histórica y no repetición.

En la realización del especial participaron nueve personas entre reportería, diseño, programación y creatividad; y lo hicieron de forma remota y en línea, tal como acostumbran desde los comienzos pandémicos del medio. También lo hicieron en un contexto de asedio y persecución estatal contra periodistas. Se considera que a fines de 2018, a través de un plan de censura del régimen de Ortega, más de 80 periodistas huyeron de Nicaragua y se exiliaron.

Actualmente el equipo de Divergentes se encuentra repartido entre Costa Rica, Nicaragua y El Salvador. El periodista Wilfredo Miranda (acusado por el oficialismo de propagar noticias falsas), el fotógrafo Carlos Herrera y el mismo Arce están exiliados en Costa Rica. Hablar de cómo hacer periodismo en Nicaragua es hablar de censura, persecución y seguridad. Los pocos reporteros de Divergentes que aún viven en el país hace un año no firman sus artículos, al igual que periodistas de otros medios, una medida que deben tomar por seguridad. “Es frustrante porque tu trabajo como periodista es ese, que la gente sepa que estás fiscalizando el poder”, explica Arce.    

El productor multimedia dice que en Nicaragua los periodistas deben trabajar con mucha cautela y pendientes de su seguridad. Deben conocer bien el barrio donde viven y monitorear las actividades que se realizan en la zona. También deben saber quiénes son sus vecinos, porque pueden ser un informante que les esté espiando. Además sostiene que ya casi no se hace cobertura en la calle porque es muy peligroso para los periodistas.

En Divergentes diseñaron un protocolo de seguridad, una guía con pasos a seguir si intentan raptarte de tu casa, golpearte o detenerte en medio de una cobertura. Es importante tener una lista de contactos de emergencia, monitorearse entre ellos cuando se movilizan para ver si llegaron a destino, o exiliarse del país si están recibiendo amenazas. “Parece de película, y aunque Daniel Ortega está en el poder desde 2007, nunca habíamos tenido que aplicar estas medidas de seguridad”, asegura Arce.

A pesar de la situación de inseguridad en Divergentes son muy críticos con la autocensura. En palabras de su director: “Si tenemos una denuncia con nombre y apellido que está respaldada con fuentes y documentos, la publicamos. Siempre incentivamos estar detrás de cada pista, de cada detalle, y si hay que señalar, se hace. Si hay miedo, tratamos el miedo con el equipo. Y siempre hay miedo en estos contextos en Nicaragua”.

Finalmente, Arce considera que obtener un premio destacado a nivel internacional en medio de este contexto hostil es una forma de “demostrar a otros colegas que a pesar de la situación en Nicaragua se puede hacer un buen periodismo”.


Imagen cortesía de Divergentes, utilizada para el especial "El reto tras la masacre".