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Periodismo desde el exilio: Confidencial resiste al régimen en Nicaragua

作者Luis Fernando CascanteJun 27, 2022 发表在 Libertad de prensa
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Lo que en Venezuela tomó una década, en Nicaragua se intensificó en cuatro años”. Así explica Carlos Fernando Chamorro el incremento en el riesgo de hacer periodismo en Nicaragua, un país gobernado bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se ha obsesionado con reprimir la protesta social y censurar el trabajo de los medios de comunicación.

Chamorro es el director de Confidencial, un medio de comunicación con más de 25 años de existencia y que lleva más de 15 años publicando investigaciones que perjudican al gobierno de Ortega.

“Entre 2007 y 2008 había cierto tipo de tolerancia: permitía que existiéramos. Ignoraban las investigaciones y no tenían medidas correctivas”, comentó Chamorro.

Fue en 2018, con el estallido social y las protestas por las reformas al seguro social, que el gobierno perdió el control de los espacios públicos y se vio arrinconado. Esa fecha es un punto de inflexión también para la estabilidad del periodismo en Nicaragua.

A partir de ahí, las agresiones, asesinatos y el uso de nueva legislación para encarcelar a periodistas y opositores aumentaron. Es así como Carlos Fernando Chamorro salió por punto muerto en la frontera de Peñas Blancas, en enero de 2019, para exiliarse en Costa Rica.

“Nunca imaginé este escenario. Lo he tenido que hacer dos veces. La segunda vez me costó más que la primera. La decisión es muy difícil. Uno no la planifica nunca, una vez que se toma la decisión hay que ejecutarla en 24 horas”, dijo.

En medio de su exilio, el régimen allanó la casa de Chamorro, asaltó la sala de redacción de Confidencial, confiscó sus bienes y transformó el inmueble en un hogar para mujeres embarazadas.

Su programa “Esta Semana” fue retirado de la televisión abierta, el diario dejó de circular en impreso y se activó una orden de captura en contra del director de Confidencial.

El asedio e intimidación del régimen obliga al equipo de Confidencial a tomar medidas de protección más severas.

“En los primeros meses de la crisis, tres o cuatro reporteros dejaron de trabajar en la redacción. Algunos no se sentían en condiciones de protección y seguridad. Comprendemos ese tipo de situaciones. Hemos tenido que embargar la publicación de investigaciones, para asegurarnos que las fuentes y periodistas estén seguros”, dijo.

Fuentes anónimas

En Nicaragua, el régimen no solo reprime a los medios, también intimida al ecosistema que les permite informar y sobrevivir. Anunciantes y fuentes reciben amenazas si pautan en medios “enemigos del régimen” o si brindan información que les perjudica.

Chamorro entrevistó en su programa al politólogo José Antonio Peraza. Dos horas después de la transmisión este último fue arrestado por la policía de Ortega.

“Uno de los principales problemas para hacer periodismo en Nicaragua es la falta de fuentes atribuibles. No es posible encontrar fuentes independientes cuyas opiniones sean atribuibles a una persona, con nombre y apellido. Todos te dicen: yo voy a darte información pero tenés que proteger mi identidad”, comentó el periodista.

“Estar en el exilio sin lugar a dudas afecta nuestra capacidad de tener un contacto más directo con la realidad. Hay que buscar distintos medios para poderlo vencer. El problema de no poder citar fuentes nos obliga a subir estándares de corroboración, hay que pasar por un filtro más riguroso la información de gente que pide que su identidad quede en el anonimato. Suelen decir cosas que de otra manera no lo harían, eso nos obliga a ser más conservadores con la fuente anónima”, explicó.

Pese a esto, el periodista Chamorro afirma que en Nicaragua “hay reporteros que son los ojos y oídos de los periodistas en el exilio”.

Chamorro ganó el más reciente Premio Ortega y Gasset, que entrega el diario español El País. "Lo recibo como portavoz de un mensaje de aliento al periodismo nicaragüense, por su resistencia en defensa de la libertad, en esta hora de persecución", dijo.


Foto de Carlos Fernando Chamorro, cortesía de Confidencial.